Por Eduardo Verona
No hay nada definido aunque quizás parezca todo definido,
producto del 2-0 con que Racing despachó a Independiente el domingo 29 de
noviembre. Regresa Jesús Méndez en el Rojo. Vuelve Diego Milito en la Academia.
Como siempre, un gol en el arranque desarma todos los análisis y todas las
estrategias. El partidazo que precisa Independiente. La inspiración quirúrgica
de Racing.
Para los focus group (grupos de opinión que intentan crear
tendencia) del fútbol, que no son otra cosa que los espacios de los tecnócratas
y el marketing haciendo pie en la política, la economía, las ciencias sociales
y el deporte, Racing ya tiene el pasaje a la Copa Libertadores asegurado desde
el mismo momento en que el domingo 29 de noviembre derrotó (de visitante) a
Independiente 2-0.
Para el ambiente que por supuesto incluye a la prensa
deportiva, también está todo cocinado, aunque se cuiden las formas. Los únicos
que no abonan esa lectura son los jugadores que van a protagonizar el partido
revancha. En el mundo de los jugadores no hay focus group ni ambiente que pueda
brindar seguridades. Nada está definido, aunque parezca que ya está todo
definido. Y esto es, precisamente, lo que sigue manteniendo vivo al fútbol: la
ausencia de certezas, aunque sobren las explicaciones que nunca pueden
anticipar nada. Salvo mentiras más chicas o más grandes.
Independiente tiene que ganar, de mínima, por 2 goles de
diferencia para igualar y acceder a la definición por penales. Racing perdiendo
1-0, 2-1, 3-2 o 4-3 por ejemplo, clasifica. ¿Y entonces? Racing llega con
ventaja. Y juega en su cancha con todo el público a favor. ¿Qué le garantiza
este cuadro de situación? Seguimos igual: nada. Lo evidente es que a Racing se
le va a presentar un partido que quisiera disputar cualquier equipo: entrar
ganando 2-0 con 90 minutos por delante es un formidable punto de arranque,
aunque Carlos Bilardo alguna vez haya institucionalizado que es "el peor
resultado".
Regresa Jesús Méndez en Independiente. Y vuelve Diego Milito
en Racing (quizás en su último partido como profesional), después de la
suspensión y de padecer problemas insuperables en su rodilla. Hoy, es más
influyente Méndez para su equipo que Milito. ¿Por qué es más influyente? Porque
sin ser un armador y organizador clásico, arma y organiza juego. Y junta las
piezas. Conecta al equipo. Porque toca y pasa. Toca y sigue. Sin él,
Independiente, como se vio en la caída ante Racing, se queda sin pase en la
zona de elaboración y en tres cuartos. En definitiva, queda partido. Méndez
suele unir lo que está disperso.
La presencia de Milito obliga a Diego Cocca a debilitar el
medio. Hace mucho tiempo que Milito no está entero. Que juega entre algodones.
Y sufre los desarrollos. La lectura del juego ofensivo, naturalmente no la perdió.
Nunca fue un crack. Pero entiende el fútbol. Interpreta la necesidad de meter
una pausa para encontrar el espacio. Esto no se enseña. Lo aprendió solo. El
problema es que su actualidad física lo condiciona demasiado. Y condiciona
algunos movimientos del equipo subordinado hace más de un año a la verticalidad
aprovechando la potencia y los piques de Gustavo Bou.
Independiente tiene que salir. Racing puede esperar. Pero
nada es lineal en el fútbol. Todo puede derrumbarse en un par de segundos. Y
todo puede iluminarse en un par de segundos. En teoría, va de punto
Independiente. Y es banca Racing. ¿Quién desarrolla esa teoría? Los lugares
comunes. Las habituales simplificaciones que imperan en el fútbol.
No se creen los jugadores esas hipótesis. Porque un gol
desarma todo. Hasta la presunta fortaleza de un gigante. En estos partidos a
cara o ceca, aquel que no deja todo es barrido de la cancha. Dejar todo no es
ir con la plancha arriba. Pero tampoco es sacar la pierna.
Es verdad, precisa hacer un partidazo Independiente para
tener chances. Precisa ser quirúrgico Racing para operar las zonas blandas de
su rival, como ya lo hizo en el primer choque sacándole jugo a las piedras. La
dimensión del fuego sagrado que también es épica y mística no son valores para
subestimar. Denunció un faltante Independiente en este plano. Racing es una
incógnita.
Cada partido, en definitiva, es siempre una incógnita.
Aunque los focus group aplicados ahora al fútbol extiendan sus pronósticos. Y
quizás sus deseos. Por suerte, la anarquía del fútbol no se apagó. Y en
Avellaneda blues (gran tema de Manal de 1970) se dirime todo.
Fuente Diario Popular
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