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sábado, 1 de julio de 2017

Cuentos de fútbol - "Solo quería entrar" Por Toni Schweinheim

     
Yo solo quería entrar, loco, yo que fui a todas las canchas. Yo solo no, los pibes también. Siempre pusimos la jeta por el club, por todos esos giles que se quedan pachos en su casa. Esos loros que se llaman hinchas y se quedan mirando el partido por la tele, manga de gatos. Nosotros nos hemos peliado en todas las cancha, en todas, pusimos el lomo por el equipo. En el acenso, en las canchas del interior, la policía nos apaleaba. Pero íbamos. Mira si estos ratis nos van a decir que no podemos entrar. Justo a nosotros que nos batimos a tiros con los gatos de la otra banda. Que le pusimos los puntos. Claro los gatos cómodos nos insultan, nos dicen barras, nos dicen que arruinamos el fulbo. Ustedes los están arruinando, ustedes que no mueven el ojete del sillón ni de visitante y a veces de local, ustedes no son ni hinchas, son re caretas loco.

Con eso de que los visitantes no pueden ir, nos la ingeniamos re piola para poder ir igual ¿Ven giles? Nosotros sí somos hinchas. Nosotros somos lo que cantamos todo, lo que metemos fiesta color, hasta los partidos nos perdemos por alentar colgado de los tirantes. Hacemos la bandera, compramos las bombas, las pastis para los pibes, los fierros para defender todo. Nadie nos regala nada eh, nadie pero nadie, los dirigentes se hacen todos los boludos, los sotas. A veces algún que otro jugador pone algún mango, pero hay que apretarlos un poco a esos chicos ricos ¿viste? Pero no renegamos, viejo, de eso, nos ganamos el mango con los carritos de patys, de chori, los trapos. Es laburo, no como ustedes que trabajan en la oficina. Nosotros somos todo, si el equipo no anda ahí ponemos la carita y le pedimos huevos a los jugadores, como para que recuerden que estos colores hay que transpirarlos.

Por todo eso ¿Cómo no me van a dejar entrar? ¿Cómo no me van a dejar entrar? Si somos el club nosotros. ¿Derecho de admisión? Pónganselo a los hijos de puta que no vienen a cantar, que vienen a putear a los jugadores. Acá se viene a alentar. Yo quiero entrar. Queremos entrar. Violentos las pelotas, hermano. Si acá los viejos logis de la platea putean y nadie los acusan de violentos. Está bien, a veces se nos va la mano, pero algún corchazo o fierrazo a tiempo es un buen correctivo para los giles que no quieren entrar en razón. Sí, hay muertos a veces, pero como todos lados, loco. Mira si nos van a tildar de violentos por defender lo nuestro, entonces todos son violentos.

Me puse de todos los colores, casi me le voy al humo al cobani puto ese cuando me agarro el documento y me dijo que no podía entrar. Que tenía antecedentes. ¿Quién no tiene antecedentes hoy en día? Hasta el mismo rati se le habrá ido la mano golpeando giles… vamos, no seamos careta, loco. Me quería morir, te juro. Hasta al gordo no lo dejaron entrar. Nos mandaron en una batidora a la comisaria. Todo al revés, todo mal. Mira que dejarnos afuera a nosotros que hasta somos más importantes que los mercenarios esos que se ponen nuestra pilcha en la cancha y a veces ni se bañan porque ni transpiran. Es injusto hermano.


Por eso transamos loco, por eso le pedimos al “Batuta” que haga algo, que por algo es el líder, que no sea ortiva, si él entró. Además él tiene más antecedentes que el Gordo Valor. Nos apioló, nos dijo que entró con un DNI falso, y así nos fuimos a ver a un rati, pero esos ratis corruptos. Que no son corruptos, que no son ortivas, porque te ayudan a luchar contra el sistema. Lo fuimos a ver con un par de pibes. Tres lucas por cabeza por un DNI trucho, decí que teníamos la guita, hermano. Pero DNI nuevo y pasás a la cancha a aguantar los trapos. Es una inversión, está bien, el sistema es así. Qué le vamos a hacer. Pero nunca sabíamos lo que escondía atrás todo esto. Nos re cagaron loco, nos cagaron desde arriba de un puente. Se abusaron de nuestro amor al club. Pero te digo que nosotros lo hicimos de boludos, lo hicimos porque queremos al club. Queríamos seguir siendo la fiesta. Por eso nos mandamos como perejiles. Lo encaro al cabeza de tortuga con mi documento nuevo, le sonreí para sobrarlo al gil ese, pero el yuta me miró, miró el DNI y llamo a tres cobanis más. ¿Cómo iba yo a saber que me dio el DNI de un narco? ¿Cómo iba a saber que un yuta corrupto me iba a cagar? Ya no se puede confiar en nadie. Me mandaron derecho a la fiscalía, de nada les sirvió que les explique que yo había comprado el documento, que yo en realidad era otro, me trataron re mal, se pusieron re picante y yo no hice nada, yo solo quería entrar…

Toni Schweinheim

Obra Publicada, expediente Nº 510614. Dirección Nacional del Derecho de Autor


Fuente Don Patadón

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