INDEPENDIENTE 2 - TIGRE 1
Parra cuida la pelota. Hizo el 1-1 de penal.
John Jones ejones@ole.com.ar
Independiente perdía y la pasaba mal ante Tigre, pero se
repuso en el segundo tiempo y lo dio vuelta: fue 2-1. Igual, los resultados no
lo ayudaron y quedó afuera de la Copa Libertadores.
El destino le preparó el escenario ideal. Un ecosistema apto
para su desenvolvimiento. Un Tigre agazapado tras haber pegado el primer
zarpazo, un felino a la espera de asestarle el último mordisco a su víctima.
Diagramado como un equipo para golpear apostando a su veloz y bien controlado
contraataque, con un administrador de lujo como lo es Román Martínez y un
disparador de aceleración como Diego Morales, Tigre se topó con un partido
inmejorable para cosechar tres puntos ante un Independiente desesperado
-desprolijo y desesperado- por irse de Copas.
Esa levantadita de Cachete por encima del pie de Leonel
Galeano, ese penal inobjetable cobrado por Sergio Pezzotta y esa buena
definición del diez del Matador ante la estirada de Hilario Navarro, las
razones que llevaron a los de Rodolfo Arruabarrena a encontrarse (con apenas 12'
transcurridos) con un ambiente que le sentaba bien. Porque Tigre, este Tigre
que lleva un campañón y pese a eso sigue comprometido con los promedios, hizo
su juego, lo que el Vasco pretendía, tras verse arriba 1-0. Gozó de situaciones
(Carlos Luna se perdió un mano a mano con Navarro y luego le anularon un gol
por offside), fue ordenado (by Román) y también punzante (by Morales).
La historia no podía ir mejor para el visitante:
Independiente no acusaba el golpe y el Matador lo encontraba muy mal parado en
el retroceso. Ahí se vio la mano de Ramón Díaz, quien metió a Patricio
Rodríguez –tras su discusión en la semana- por Osmar Ferreyra y a Cristian
Pellerano por Maxi Velázquez. Dos aciertos, dos cambios que, al menos, trajeron
consigo un ajuste de tuercas necesario. En ese reordenamiento, la nueva joyita
del Pelado, Martín Benítez, madrugó a toda la defensa de Tigre, se escapó y
Javier García lo bajó en el área: penal y posterior gol de Facundo Parra para
poner el 1-1 con mucho tiempo por delante. Así, el sueño de la Copa
Libertadores continuaba latente.
Ese fue el momento en el que el Rojo comenzó a sentir el
aroma de la victoria. Hubo un giro, un vuelco que terminó con Gabriel Milito
(figura) metiendo un pase al medio y con Hernán Fredes pegándole esquinado para
que García no llegara. Independiente, después de estar con la yugular a
disposición de Tigre, salió adelante con actitud y temperamento. Racing cayó
ante Vélez, pero Godoy Cruz se hizo fuerte en Santa Fe con Atlético Rafaela.
Los resultados no lo ayudaron, el sueño quedó trunco, pero el equipo de Ramón
Díaz hizo bien los deberes.
Fuente Olé
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