Luego de meter quinta en Paraná, Independiente volvió a
mostrar problemas de funcionamiento y empató 1-1 con Atlético Rafaela en
Avellaneda, donde con Holan aún no ganó. Encima, Erviti se fue lesionado.
Gigliotti lo empató para el Rojo (MARCELO CARROLL).
Lo de Independiente es difícil de creer. Después de jugar un
partidazo y de meter cinco goles en Paraná, el equipo de Ariel Holan volvió a
hacer agua como local ante Atlético Rafaela y apenas rescató un punto que le
sirve de poco. Fue una de las presentaciones más flojas del Rojo desde la
reanudación del torneo, porque si bien tuvo situaciones para ganarlo también le
llegaron mucho a Campaña, y a la falta de fútbol se le sumó la lesión de
Erviti, quien tuvo que pedir el cambio en el primer tiempo.
Independiente asumió el protagonismo pero es evidente que
cuando juega en su casa le cuesta más que de visitante. A la lesión de Erviti
se le sumó el bajón de Rigoni y el pibe Barco fue de los pocos que tiraron para
adelante. Del lado de enfrente, un Atlético jugado con el descenso se le animó
al golpe por golpe y lo madrugó en el arranque del complemento con el ingreso
goleador de Ángelo Martino.
Sin embargo, en el peor momento del Rojo, apareció
Gigliotti, para sacarse la mufa y darle vida al equipo, para transformar el
epílogo en un partido no apto para los corazones de los hinchas, de un área a
la otra y con los arqueros vestidos de bomberos. Pudo ganarlo pero también
perderlo Independiente, que se fue una vez más en deuda y empieza a alejarse de
la zona de entrada a las copas.
Fuente Olé

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