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martes, 25 de abril de 2017

Toqueteo infernal - Análisis de imágenes y video

Este Independiente vertiginoso que ataca el espacio también mecha momentos de paciencia, circulación, juego posicional y toque: en el segundo gol a Arsenal hubo 12 pases consecutivos hasta la definición de Rigoni.


El gol de Independiente.

Por Vicente Muglia

El ciclo de Ariel Holan recién comienza. Van sólo siete partidos oficiales que el ex entrenador de Defensa y Justicia tomó las riendas del equipo. Pero ya surgen algunas características: la solidez defensiva (apenas dos goles en contra) y el ataque al espacio. Con jugadores rápidos que saben explotar los huecos que deja el rival, como Rigoni, Benítez y Barco, el Rojo parece sentirse más cómodo jugando de contragolpe, un recurso válido que al equipo le viene dando resultados. 

Pero decir que este Independiente de Holan es sólo vértigo y aceleración con campo libre sería falso. El equipo también mecha momentos de los partidos en los que apela a la paciencia y traslada la pelota con seguridad, sin apuro, buscando generar espacios para lastimar al rival. La circulación del balón y la mecanización de los movimientos para intentar triangular y provocar huecos se vio perfectamente en el segundo gol ante Arsenal.

En esa acción, que culminó con el remate de Rigoni que el arquero Santillo no pudo contener, hubo 12 pases consecutivos sin que ningún rival pudiera interceptar la tenencia del Rojo. Desde que la capturó Benítez hasta que Sánchez Miño asistió a Rigoni.

Sin Erviti, el que marca los tiempos en el mediocampo, Independiente no posee jugadores para practicar un fútbol posicional con mucha posesión de pelota.

Rigoni, Benítez y Barco son rápidos, gambeteadores y verticales, con muy poca pausa. Por ese motivo, el estilo que pregona Holan de tener la pelota se adapta al perfil de sus jugadores. Pero eso no significa que rechace el balón o la construcción del juego a partir del toque.

En esa jugada puntual que terminó en el 2-0, desde que la agarró Benítez pasaron 30 segundos en los que cada jugador que tocó la pelota intentó darle un destino seguro. 

En toda la acción se observaron varias cosas para destacar: las triangulaciones, el pase preciso, los movimientos permanentes, la fantasía en el taco de Barco, la inteligencia de Benítez al tocar de primera, el desborde de Sánchez Miño buscando por adentro y el anticipo ofensivo de Rigoni.









Fuente Olé

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