El proyecto de “Don Julio” que quedó trunco: una imponente
mole de cemento de cuatro pisos y un estadio para 40 mil personas para que
juegue la selección argentina
Por Rodrigo Tamagni
En octubre del 2011, Julio Humberto Grondona tenía en claro
que ese mandato que iniciaba al frente de la AFA, el noveno, sería el último.
En el 2016 abandonaría la entidad a sus 84 años, con 36 en el Sillón de
Viamonte. Antes quería dejar –todavía más– su huella en el fútbol argentino.
Entre torneos de 30 equipos y la estatización de los derechos de televisación,
Don Julio había soñado con un proyecto faraónico para su adiós.
El boceto constaba de dos etapas: un imponente edificio en
el ingreso al predio que la AFA tiene en Ezeiza de 48 hectáreas donde entrena
la selección argentina y un lujoso estadio ubicado en tierras linderas. La
muerte del dirigente en julio del 2014 interrumpió hasta hoy el gran anhelo.
En octubre del 2013, se puso la primera piedra del edificio,
que cuenta con cuatro pisos y un subsuelo. La gigantesca mole de cemento y
paredes vidriadas está ubicada a metros del ingreso oficial del predio. La idea
era trasladar todo lo operativo que funciona en Viamonte 1366 a este sector.
El presidente tendría su oficina en el 4° piso, con ingreso
exclusivo desde el estacionamiento (Nicolás Stulberg)
"Quería hacer una Mini FIFA. Era una ilusión que él
tenía siempre", le explicaron fuentes de AFA a Infobae. El lugar contaría
con tres ascensores, uno de ellos privado para el presidente. El máximo
dirigente tendría un estacionamiento exclusivo por el que podría acceder al cuarto
piso, un espacio personal que únicamente cobijaría su oficina y la de sus
secretarios.
No es el único lujo del edificio, con capacidad para 300
vehículos de empleados y visitantes. Administración, consultorios médicos,
archivos, árbitros, la imprenta, un restaurante, el sector de marketing, una
tienda de venta de indumentaria de AFA. Todos tendrían su sitio. Aunque lo
destacado sería el mini cine preparado para conferencias con butacas para 200
invitados. "Tenía un concepto innovador, pensando tener un contacto con la
naturaleza como la que tiene el predio, con esa vista estupenda",
aseguraron sobre la edificación que tiene a un lado la Autopista Richieri y del
otro grandes extensiones de terrenos con abundante naturaleza.
El “mini cine”, uno de los lujos más interesantes del
edificio (Nicolás Stulberg)
"Desde que murió Grondona nadie se interesó en
seguirlo. Desistieron del proyecto", le informaron a este medio desde la
empresa Constructora Deportiva, a cargo de la obra que diseñó los planos a
inicios del 2013 por pedido expreso de Don Julio. Entre ramas intrépidas que
empiezan a copar la estructura, pájaros que lo convirtieron en su vivienda y
los problemas del descuido, las estructuras guardan en sus entrañas los vidrios
que faltan ser colocados en el exterior y todos los aires acondicionados que
iban en los diferentes ambientes.
Hace tres años que no hay movimiento en la obra (Nicolás
Stulberg)
Uno de los problemas que se había planteado era el del
traslado de los cientos de empleados que al día de hoy trabajan en la calle
Viamonte. Un servicio de combis los pasaría a buscar por el actual lugar de
trabajo para unir los 30 kilómetros que los separaban de su futuro sitio
laboral. A Grondona no se le había escapado ningún detalle.
Las estructuras quedaron a mitad de camino: se prevé un año
y medio para terminarla (Nicolás Stulberg)
La actual sede de operaciones de la AFA, en Viamonte 1366,
no quedaría en el olvido. A priori, la idea que rondaba en la cabeza de
Grondona era la de transformarla en un museo del fútbol argentino, con muestras
de todos los clubes. Aunque nadie sabía contestar a ciencia cierta de qué
manera se utilizarían los ocho pisos entre los que actualmente se dividen las
distintas áreas.
Se pensaba convertir en museo el actual edificio de Viamonte
(Nicolás Stulberg)
Detenido en el tiempo, combatiendo contra la erosión de la
desatención, el solemne edificio de Ezeiza espera que la gestión que asumió
hace unos pocos días lo despierte de su olvido. "En un año y medio creo
que se podría finalizar el edificio por completo", aseguraron desde la
empresa a cargo de la obra, hoy abandonada.
UN ESTADIO PARA COMPETIRLE AL MONUMENTAL
El Estadio Nacional de Béisbol era uno de los lugares
apuntados para construir la nueva cancha (Nicolás Stulberg)
La otra pieza del rompecabezas era la más osada, pero la
desaparición física de Grondona impidió que, al menos, sea debatida en Comité
Ejecutivo para su aprobación: un estadio de fútbol para 40 mil espectadores y
con 7.500 lugares de estacionamiento. Allí sólo jugaría la selección argentina
y sería el nuevo polo de atracción en Buenos Aires para espectáculos musicales.
Había dos terrenos que sonaban ideales para llevarlo a cabo.
Uno era el que actualmente cobija el Estadio Nacional de Béisbol, en la parte trasera
del centro de entrenamiento de la Selección. El otro espacio tentador era el
que en el pasado albergó el famoso Zoológico Mundo Animal de Cuttini y
actualmente es una pista de Mountain Bike, que tiene su entrada a 800 metros de
la principal del predio.
La justificación que lanzaba Don Julio para convencer a los
suyos sobre los beneficios de esto constaba de varias caras. En primera
instancia, les darían una comodidad incomparable a esas estrellas de la
Selección que juntan millas en sus pasaportes. En un radio de 6 kilómetros
aglutinarían el arribo al país por intermedio del aeropuerto de Ezeiza, la
concentración, el campo de entrenamiento y el estadio para hacer de local.
El Estadio Nacional de Béisbol y el circuito de mountain
bike, las opciones que se barajaron
Pero además atraerían con facilidad a las bandas musicales
más importantes del mundo que elegirían este lugar por una lista de beneficios:
a media hora de la ciudad, un sitio de fácil acceso y una zona despoblada,
siendo esto una ventaja ante las complicaciones que siempre representan los
vecinos de los estadios más convocantes de la Ciudad de Buenos Aires por los
ruidos molestos y las fastidiosas presencias de los miles de espectadores. El
recinto tendría autonomía financiera propia.
El último ítem que había pergeñado Don Julio para coronar
este esquema era el de realzar la imagen de Ezeiza. La ciudad de más de 150 mil
habitantes tomaría notoriedad internacional por albergar la aldea absoluta de
Lionel Messi y compañía, al mismo tiempo que el marketing de la situación
abriría nuevas alternativas de inversión en diversos rubros.
Eso le permitiría tener un florete de esgrima irrebatible a
la hora de negociar la cesión definitiva del predio, que actualmente pertenece
al Estado y fue prestado a la AFA hasta 2030.
Todos los consultados recuerdan esa idea de la que alardeaba
Grondona, aunque aclaran que ni siquiera llegó a ser debatida en el Comité
porque era parte de una segunda página del proceso. Su inesperada muerte llegó
como un baldazo de agua fría que paralizó todo. Sus sueños todavía permanecen
ahí, en forma de una mole de cemento que espera saber qué será de su futuro.
El Estadio de Béibsol, ubicado en el sector trasero del
predio (Nicolás Stulberg)
Fuente Play Fútbol









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