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domingo, 9 de noviembre de 2014

Independiente y el virus de la recta final: el germen que nos impide pelear los torneos






Por Rodrigo Tamagni



Creer o reventar. En los últimos campeonatos cuando Independiente llegó perfilado para pelear, se cayó a esta altura contra rivales de menor envergadura o en partidos insólitos. No hace falta viajar demasiado atrás en el tiempo para recordar los pasos de Troglio (2007) o Gallego (2010) y asociarlos. Claro, no todo fue una cuestión 'tecnológica' ahora: el equipo falló en un tiempo, el técnico no logró reanimarlo y eligió mal en el otro.

¿Habrá que ponerle antivirus?



Quizás está más asociado a una especie de situación psicológica, aunque los nombres no se repiten en ninguna era. Tal vez esté pegado directamente con una cuestión de maleficio, el mismo que nos llevó al caos completo en la temporada pasada. Acaso sea una falta de jerarquía futbolística. Lo cierto es que la PC de Avellaneda contiene una suerte de 'virus de la recta final'.



Si analizamos el rendimiento en el corto plazo, dos de los equipos que mejor arribaron a la etapa fueron el de Pedro Troglio en el Apertura 2007, que empezó a derrumbarse en la 13 fecha, y el del "Tolo" Gallego, que sufrió la lesión de Busse ante Chacarita en cancha de Argentinos y mostró su debilidad contra Boca en la jornada 17. En ambos casos, la computadora se apagó. Se vino a negro.



Todavía contamos con chances, pero esta derrota tiene mucho aroma a que no pudimos eliminar el 'virus de la recta final'. Un partido impensado de perder en los papeles, contra un equipo que venía de cuatro partidos sin hacer goles. En el primer tiempo se le pasó el antivirus a la maldición y la mandamos a la bóveda. El "Rojo" jugó libre de 'bichos' y pasó por arriba al rival. ¿Qué faltó? Lo mismo de todo el torneo: un delantero que la meta, ese que tenga olfato goleador. La misma intuición que tuvo Lucero en Defensa o Penco en San Juan.



En el segundo tiempo el hacker tomó posesión del disco duro y reseteó todo por completo, implantando la maldición. 15 minutos para el olvido, los jugadores apretando mal las 'teclas' y el técnico moviendo el 'mouse' de manera equivocada. Llegó el gol y la pantalla se vino a negro. Ni el especialista Mancuello encontró la forma de arrinconarlo, siquiera.



Cuando la compu de Jorge volvió a tener un funcionamiento óptimo, varios rams de la memoria ya se habían quemado. El error de sacar a Zárate -de lo mejor- para dejar a Figal como lateral derecho, una posición que sufre mucho, influyó. El Iphone de Mancu no aparecía. Y la compu de escritorio de Montenegro no alcanzaba para cubrir toda la demanda futbolística del equipo. ¿Conclusión? Parece que el trabajo realizado hasta el momento se perdió.



¿Estamos afuera de la lucha? No, pero el macizo golpe se escuchó hasta La Plata. Falta, pero habrá que esperar que el viento de La Boca se convierta en un huracán en Núñez y lleve el frío que acostumbra a trasladar hasta allí en cada situación similar. Y que William Boo deje de dirigir a Lanús...




Fuente Play Fútbol


Nota de rrrojo: adjunto comentario de un lector para esta nota



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