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sábado, 29 de noviembre de 2014

Milito: un lío para Moyano.



Ilustró rrrojo. Fuente de imágen web

Por Francisco Schiavo.

La renuncia de Gabriel Milito puso a Hugo Moyano por primera vez frente a los ojos examinadores de la gente.

El ex defensor, uno de los íconos del club en los tiempos modernos, dejó su cargo como entrenador de la reserva por cortocircuitos con otros dirigentes.

No con los Moyano, Hugo y su hijo Pablo, que hasta último momento trataron de convencerlo. Ellos no querían que se fuera, pero él mantuvo su posición.

Lo único que le había generado cierta picazón a Gaby de los Moyano había sido el intento para que reincorporara al hermano del Kun Agüero, Gastón Del Castillo, sancionado por indisciplina, según trascendidos.

El problema fue con otros dirigentes que, por lo bajo, cuestionaron sus métodos y algunos resultados. También su grupo de trabajo, encabezado por Miguel Gomis, coordinador de las divisiones juveniles. Los más cercanos juran que muchos no perdonaron la negativa de Milito para hacerse cargo de la primera, tras la ida de Omar De Felippe, sucedido, al final, por Jorge Almirón.

Desde el entorno del DT señalan al vicepresidente Noray Nakis, que alzó la voz públicamente, y Héctor Maldonado, secretario general y hombre de confianza del líder de la CGT opositora.

Lo mismo da. Para el hincha quedará como la primera gran situación traumática en la gestión del sindicalista, al que hasta ahora parecía salirle todo bien.

Las idas de De Felippe y Federico Insúa, por ejemplo, no tienen ni punto de comparación.

Hugo Moyano absorberá el impacto por la despedida de alguien que se ganó el respeto como futbolista y por la imagen pública de amor a los Rojos. De hecho, Gaby financia -junto con Agüero, vaya paradoja- parte de las obras para un centro de entrenamiento en Villa Dominico.

Hoy, tal vez, la cancha dirá.


Fuente La Nación

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