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viernes, 28 de noviembre de 2014

Hasta pronto





Por Rubén Iglesias

Gabriel Milito dirigirá el sábado su último partido a cargo de la Reserva.

Hoy se juntó con Pablo Moyano, quien no pudo hacer nada para que el “Mariscal” reconsidere su decisión.

Esto va a traer cola y hay enojo con varios miembros de comisión directiva.

Ayer por la noche la noticia estremeció al mundo rojo.

Es que Milito cumplía una función mucho más importante que entrenador. Intentó formar un grupo de trabajo intercomunicado desde las categorías formativas hasta la inserción de jugadores en el primer equipo.

Desde que llegó, varios dirigentes comenzaron a poner objeciones al trabajo de Gabriel. Si no era por los resultados, era porque no quería profesionales en el equipo pero siempre tenía algo malo lo que hacía. Por eso, dirigentes como Noray, pensaban en otros nombres para la coordinación del fútbol amateur.

Milito soportaba, confiando en su labor, pero también se cuestionaba el trabajo de Santiago Rodríguez y de Miguel Gomis.

Como si fuera poco, estos dos hombres encargados de las Inferiores y de las Infantiles tendrían que haber firmado su contrato ayer, jueves, cuando fueron citados pero el contrato no estaba.

Otra gota más a un vaso que estaba a nada de rebalsar.

Por último y conocido por todos explotó la cuestión de Mauricio y Gastón del Castillo. Los hermanos del Kun que dejaron de ir a entrenar por decisión de Leonel del Castillo, padre de los juveniles y 3er vocal de esta Comisión.

Leo estaba muy disgustado con Milito y consideraba que ponía jugadores de su representante, en desmedro de Gastón, que estaba en el equipo de Reserva y fue “bajado” a su categoría.

Había proyectos futbolísticos, ya se pensaba en la continuidad de un proceso. Nuevos técnicos para las inferiores, como Guillermo “Luli” Ríos, Lucas Pusineri, Juan José Acuña (DT de la reserva de Defensa y Justicia) y una idea de juego y de captación que, seguramente quedará, como tantas otras veces, en la nada.

Pablo Moyano fue al predio de Domínico para hablar, para intentar cambiar el rumbo de un barco sin retorno.

De hecho, jugadores del plantel profesional como Federico Mancuello le fue a saludar y expresarle sus deseos de que continúe. Pero Gabriel Milito se cansó y para descomprimir, quizá, para aquietar las aguas tomó la determinación de alejarse del club que ama y al que le supo dar la alegría del 2002.

Independiente pierde a un gran profesional, ídolo del club y que pensaba más allá de un resultado. Ojalá sea un hasta pronto “Mariscal”.


Fuente De la Cuna al Infierno

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