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Por Beto Tisinovich
Se sabe que Independiente se juega en el Torneo Final
el campeonato más importante de su historia.
La mancha del descenso sobrevuela
todos los ámbitos rojos que vienen golpeados desde hace tiempo.
En 2005, luego
de una temporada malísima con la muerte de Pastoriza, la llegada de un Bertoni
inexperto en el banco, un buen interinato de Monzón (baile al campeón Newell’s
del Tolo), la vuelta de un Menotti en retirada y el primer diploma de bombero
para Santoro, apareció Falcioni para ahuyentar los fantasmas del descenso.
Logró hacer 55 puntos entre Apertura y Clausura con un plantel de poco nombre
pero que tenía a Agüero, Ustari y Biglia, y renació la tranquilidad.
Hasta que
después de los 68 porotos de Gallego en la 2009/10, Comparada y su manager
Menotti creyeron que Rubén Américo ya había cumplido su ciclo y no le renovaron
el contrato.
Apostaron a un proyecto con Garnero que duró menos de 10 partidos.
La llegada de Mohamed calmó las aguas y hasta de la nada se alzó con la
Sudamericana.
Más tarde, los Díaz ni el mismísimo Tolo pudieron levantar la
producción de puntos.
Así está.
Fuente Olé
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