Javier Cantero, elegido en las elecciones del mes pasado,
dijo que tienen que administrar “con racionalidad, austeridad y transparencia”,
para que a la entidad de Avellaneda no le suceda lo mismo que a River.
Por Leonardo Castillo
Un pasivo de casi 200 millones de pesos, incumplimientos
salariales e irregularidades administrativas de todo tipo conforman el
complicado panorama que la flamante Comisión Directiva que encabeza Javier
Cantero encontró en Independiente, tras la gestión de seis años que Julio
Comparada llevó a cabo en la institución.
Sin embargo, el mandatario no pierde la fe. “Tenemos que
gestionar con racionalidad, austeridad y transparencia, es el camino que
debemos seguir para volver a conseguir títulos”, consideró Cantero, en una
charla que mantuvo con Página/12.
–¿En qué situación encontró a Independiente tras asumir?
–Nos encontramos con lo que esperábamos: un desastre
administrativo y financiero. Hay irregularidades administrativas de todo tipo.
Además de la deuda, que es enorme, encontramos muchas desprolijidades en los
porcentajes de los pases de los jugadores, incumplimientos salariales con los
empleados que debimos afrontar con urgencia, cheques rechazados por todos lados
y una total escasez de recursos. Además, recibimos una inhibición que no
esperábamos y que, por cierto, nos complicó bastante.
–¿Qué fue lo más urgente que debieron solucionar?
–Por suerte, antes de fin de año cumplimos con los
compromisos salariales que teníamos con los empleados del club, los profesores
de distintas actividades y los docentes del colegio. Fue el primer problema que
resolvimos. Pagamos los sueldos, los aguinaldos y las primas.
–¿Y ahora cómo sigue la gestión?
–El principal objetivo que tenemos pasa por bajar la deuda,
manejarnos con un pasivo razonable. Y después empezar a crecer. Tenemos que ser
austeros y manejarnos con racionalidad. Después, si transitamos este camino de
forma consecuente, vendrán los éxitos deportivos. Pero la situación que debemos
remontar es muy complicada. Por eso decidimos renunciar a todas las
asignaciones que reciben los dirigentes y revisores de cuentas por la función
que cumplen. Los que estamos al frente tenemos que ser los primeros en dar el
ejemplo.
–En este contexto, ¿cómo hará Independiente para conseguir
refuerzos?
–Si incorporamos, lo haremos con algún aporte que venga de
afuera del club. No estamos en condiciones de hacer grandes erogaciones.
Estamos trabajando en este sentido y espero que las gestiones que estamos
haciendo rindan sus frutos. La prioridad pasa por un delantero.
–¿La incorporación de Rubén Ramírez está descartada?
–Bueno, está difícil. No nos gustó que en medio del esfuerzo
que estamos haciendo por conseguir su pase, Ramírez diga que prefiere ser
dirigido por (Julio) Falcioni en Boca. Pero vamos a tratar de hablar con él.
–¿Qué postura tiene en torno a la supuesta renuncia a la
jefatura de la barra brava que hizo Pablo “Bebote” Alvarez a través de una red
social?
–Es algo que no tiene sentido. ¿A qué renuncia? Ser jefe de
una barrabrava no es un cargo institucional en la vida de Independiente, es
algo que no tiene sustento ni pertinencia.
–Es decir, esta administración no tendrá vinculaciones con
los barras.
–A ver, el colorido de las banderas en las tribunas, los
cantos y el folklore es algo que disfruto como toda persona que concurre a los
estadios, pero lo que no vamos a hacer es darle plata ni entradas de favor a un
grupo de hinchas caracterizados. Eso se terminó.
–La salida de Antonio Mohamed como entrenador, presionado
por la barra brava, ¿resultó fundamental para el triunfo electoral que logró
Independiente Místico, la agrupación que lo postuló como presidente?
–Creo que sí. La salida de Mohamed fue muy desprolija y la
gente lo manifestó en la cancha en ese partido que se jugó contra San Martín
(SJ), cuando la gente repudió a los violentos. Somos la expresión política de
un sentimiento de hartazgo de los socios con respecto a un estilo de
conducción.
–¿Por eso cree que recibió un respaldo tan contundente en
las urnas?
–Sí, además a los socios les cayó muy mal la intromisión del
poder político en la vida del club. Por eso fue tanta gente a votar.
–¿Qué impresión le causó Ramón Díaz?
–La mejor. Entendió que había una necesidad de achicar el
plantel y la realidad en la que nos encontramos. Nos planteó los problemas de
infraestructura que hay en el predio de Villa Domínico, y de qué forma eso
dificulta su trabajo, y la verdad es que tiene razón.
–¿Se puede gobernar Independiente sin el respaldo de Julio
Grondona?
–Aspiramos a tener la mejor relación posible con la AFA,
donde vamos a defender los intereses de Independiente, pero no vamos a
confrontar con Grondona, ésa no es nuestra intención.
–¿Tiene miedo de que Independiente se vaya al descenso como
River?
–Estoy convencido de que no vamos a llegar a esa situación.
No conozco las cuestiones o los errores dirigenciales que determinaron el
descenso de River, pero confío en que no vamos a llegar a eso. Independiente no
va a descender a la B Nacional.
–¿Cómo tendría que estar Independiente dentro de tres años
para que usted pueda decir que cumplió lo que pretendía?
–Tener una deuda manejable, ganar algún título y recuperar
algunas disciplinas deportivas como el básquet, el waterpolo y el patinaje
artístico. Además, queremos hacer una pensión nueva para alojar a los chicos
que juegan en las inferiores y que provienen del Interior. Hoy, el ejemplo que
todos toman son Vélez y Lanús, pero cuando uno habla con los directivos de
estos clubes nos dicen que en el pasado, ellos tenían como modelo a
Independiente. Por eso, tenemos que volver a ser el Independiente que fuimos, ni
más ni menos. Ese es nuestro sueño.
Fuente Página 12
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