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sábado, 27 de mayo de 2017

Dar vuelta la página

Veníamos muy embalados -tres triunfos al hilo- y confiábamos en prolongar la racha en el Minella, acercarnos más en la tabla por el regreso a Nuestra Copa y así resultar el próximo domingo un visitante lo suficientemente incómodo -a la altura de la historia- para Sportivo Balcarce 50. Pero no se pudo.

Aldosivi ante Independiente en Mardel (Télam).


Por Andres Morando

El mini tour Rojo comenzó en la Feliz, la perla del Atlántico. Pero perlas, ayer, no vimos ninguna. Apenas una ordinaria montaña de escombros devenida en partido. Aldosivi fue un rival incómodo para el Rojo. Y los muchachos de Holan jamás le encontraron la vuelta. Es cierto: veníamos muy embalados -tres triunfos al hilo- y confiábamos en prolongar la racha en el Minella, acercarnos más en la tabla por el regreso a Nuestra Copa y así resultar el próximo domingo un visitante lo suficientemente incómodo -a la altura de la historia- para Sportivo Balcarce 50. Pero no se pudo.

Y, para explicarlo, debemos buscar las respuestas en: 1) poca generación de juego explosivo, rol encomendado a la tríada Barco, Rigoni y Benítez; 2) una nueva versión errática del Puma Gigliotti (el cabezazo del PT podría haber sido más esquinado y en la del final debió asegurar seco al segundo palo) y 3) la granítica defensa rival. Sólo hubo una linda combinación que concluyó en remate apenas desviado de Nery Domínguez. Nos habíamos acostumbrado a más. Listo. Ya está. Fue sólo un paso en falso. Ahora la gira continuará en Lima. Allí afrontarán ante Alianza Lima -próximo miércoles- el cierre de la llave que se inició en Avellaneda hace ¡dos meses! ¿Se acuerdan Diablos? Es posible que aquella noche, que concluyó en cero en el Libertadores, haya sido la del partido que selló la matriz de juego de este Independiente. Sí, paradójicamente, aquel 0-0 marcó el camino de la identidad que transmitió el DT 2017. Por eso, y más allá de la parada brava, está demás decir que confiamos en la clasificación y en cumplir un gran rol en Perú. Estos muchachos están decididos a vender carísima una derrota. Les creemos. Próxima estación: esperanza.


Fuente Olé

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