Por Lucas Campos
- Cosecharás tu siembra, Luquitas, Me dijo mi vieja mientras
se servía en el plato la última pata de pollo que quedaba para la cena, a la
que yo rechacé porque tenía otro menú mejor para esa noche. Independiente se
jugaba la chance de pasar de ronda en la Copa Argentina contra un Atlético
Tucumán sediento de venganza.
Ahora están borrachos, cuando vomiten su vino se arrepentirán.
Pero cuando se arrepientan puede ser demasiado tarde. Porque hace rato que
Independiente siembra la derrota, en todos los sentidos. No sólo en el ámbito
futbolístico. Y aquí la sembró desde que comenzó el partido. Ni ganas de
levantar las manos tuvo el equipo.
El gran gol de Meza nos ilusionó. Pero la fiesta de la
victoria por la Copa Sudamericana nos embriagó a todos cuando aún no hemos
conseguido nada. Absolutamente nada. Y sin recompensa no hay sacrificio.
Independiente no fue, no corrió, no jugó y regaló el encuentro.
Fleitas empató el partido y luego Aliendro, desde un
lateral, selló la victoria para los Tucumanos. Y fue el final. Y Holan los
miraba de afuera y veía como ellos se arrepintieron ante tanta dejadez. Una
dejadez que nos dejó afuera de la Copa Argentina y de otra chance de entrar a
la Copa Libertadores. Se fueron del campo de juegos, con la resaca de la
derrota que los marca otra vez. Les queda una sola semilla, la Sudamericana y
todos esperan que la siembren bien.
Fuente De la Cuna al Infierno
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