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lunes, 25 de septiembre de 2017

Sin fútbol



Por Ramiro Santinelli

Tras la caída en Mendoza, las críticas y discusiones se basaron en dos cuestiones: la falta de refuerzos y los fallos arbitrales.

¿El mercado de pases fue satisfactorio? No, no lo fue. Independiente no incorporó a ese jugador distinto que hace tiempo necesita. Se reforzó con jugadores experimentados, en la mayoría de los casos, y eso siempre es un arma de doble filo. Además, vendió a su mejor futbolista ofensivo y nadie llegó para reemplazarlo.

¿Fue penal de Sánchez Miño? Desde mi humilde opinión vuelvo a decir que no. Considero que Loustau se equivocó, aunque no puedo confirmarlo porque la televisación no brindó una repetición que clarifique toda duda posible. Y, de haber sido penal, todo futbolero sabe que pocas veces se sancionan ese tipo de faltas en el área, lo cual a uno le hace ruido.

Ahora bien, los hinchas podemos hablar de esas cuestiones todo el tiempo que deseemos. Pero el semestre es largo. El plantel que está no cambiará de aquí a fin de año. Los arbitrajes que perjudicaron al Rojo en este inicio de temporada pueden volver a presentarse a lo largo de lo que resta de 2017. Por eso, considero que el foco debe ser otro: el mal fútbol que está teniendo Independiente.

Hay un bajón futbolístico y anímico tan importante como preocupante. Ya no está ese equipo que podía jugar bien y ser vertical o suplir el mal funcionamiento con intensidad y rapidez. No apareció ese Independiente en los últimos encuentros. Ahora es predecible, impreciso y tímido. Todo le cuesta más que antes y, para colmo, no hay jugadores que completen constantes y destacables desempeños en ataque. Los mejores momentos del Rojo vienen de la mano de buenos pasajes de algunos hombres pero son solo eso, pasajes.

Como si fuera poco, Independiente sigue peleado con los goles. Sin brillar genera situaciones y le cuesta horrores poder meter la pelota en el arco. Claro, al llegar y llegar, y no concretar, es normal que haya un sentimiento de frustración, incluso el rival se envalentona ante tanta ineficiencia. Tiros en los palos, malas definiciones, arqueros con actuaciones espectaculares, un poco de todo. Encima, esa falta de efectividad se presenta en ambos arcos. Es bastante menos lo necesario para lastimarlo que lo que el Rojo necesita para golpear al contrincante. Un centro al área, un penal dudoso, con eso le alcanzó a Godoy Cruz. Un lateral fue suficiente para Atlético Tucumán. Lanús no se queda atrás, solo un contragolpe. No me quiero olvidar de Olimpo, que tan solo con un pelotazo de 40 metros llegó al tanto del empate hace unas fechas.

Definir cuál es la causa de esta meseta deportiva es complicado. Puede deberse a una merma individual que se esparce a lo colectivo o viceversa. También puede pasar por la rotación que se vino haciendo. ¿Quién sabe?

De todas formas, no me parece que es el momento de ser autodestructivos y perder la cabeza. El próximo domingo habrá otra oportunidad de remontar este feo presente. Lo importante, hoy por hoy, creo que es utilizar esta seguidilla de Superliga para mejorar desde lo futbolístico, conseguir resultados que aumenten la confianza del equipo y llegar de la mejor manera al cruce ante Nacional por Copa Sudamericana, que sin dudas es el objetivo principal de Holan y sus muchachos.



Fuente De la Cuna al Infierno

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