FTP CLARIN El histórico saludo de Independiente, que surgió
en las épocas de gloria.
Por Andrés Morando
Cuando esta noche nuestro capitán se adelante unos pasos y
salude con los brazos en alto, tendremos una certeza: este equipo -que ya es
muy nuestro- dejará hasta la última gota de sangre para revertir la serie y
conducirnos a la final. Hay otras certidumbres que todos los Diablos ya
verificamos en este 2017: la reconstrucción deportiva fue puesta en marcha y el
CAI volvió a ser respetado por su ADN histórico (buen juego más testosterona).
Todo merced al advenimiento de un hombre que está llamado a marcar un hito en
el club: el señor Ariel Holan, dueño de la sesera y el corazón que le dio vida
a esta criatura. Pero también estamos nosotros, los hinchas, que vivimos este
día con una ansiedad insoportable. Cuando leas estas líneas, aún seguiré
insomne. Pero el alivio llega cuando reflexiono que debimos esperar mucho
tiempo para jugar este partido, que el cosquilleo es por acrecentar aún más la
grandeza. Siete años más joven, un servidor no concilió el sueño e imploró por
la Copa ante Goiás. Es que había que darlo vuelta. ¡Que se repita!
Fuente Clarín
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