Copa Argentina - 16avos. de final: Independiente 1-2
Atlético Tucumán.
Por Christian Alfano
Dicen que la venganza es un plato que se come frío, y
Atlético Tucumán bien puede dar fe de ello. Los tucumanos se reivindicaron de
la forma menos esperada y, pese a jugar con varios suplentes y no haber contado
con el tiempo de recuperación necesario (apenas 48 horas), eliminaron en los
16avos. de final de la Copa Argentina a un flojísimo Independiente.
El equipo de Ariel Holan parece haber alcanzado su techo
futbolístico hace una semana ante este mismo adversario, y en pocos días ha
dilapidado gran parte del respeto conseguido tras la reanudación del fútbol. De
nuevo es hora de dar un golpe de timón.
La falta de eficacia, mal endémico desde los albores del
ciclo, volvió a penalizar a un equipo que anoche se mostró además deslucido en
el juego, lo cual se tradujo en una merma del volumen habitual de situaciones
de riesgo. Aunque la actitud del final haya sido la correcta, con ella por sí
sola no basta; de vez en cuando se puede salvar un partido a los ponchazos,
pero por lo general esa fórmula no lleva a cotas muy elevadas.
Asimismo, vienen observándose actuaciones individuales muy
erráticas como las de Ezequiel Barco, que la fama le llegó de golpe y hoy debe
mantener la cabeza fría. La dirigencia trajo cinco refuerzos para renovar las
esperanzas del club pero, a pesar de algunos destellos, las caras nuevas
todavía no han aportado nada superador. Siendo el objetivo de afianzarse en el
plano internacional por parte de la Comisión Directiva, en el último par de
temporadas apenas se festejó de manera agónica la reciente clasificación a los
cuartos de final de la Copa Sudamericana. Muy pobre bagaje. Para colmo, el
verdugo de ayer no es inédito: en el torneo pasado nos dejó al margen de la
Copa Libertadores, y ahoranos vuelve a cerrar una de las puertas, la Copa
Argentina, para acceder a la próxima y máxima cita de nuestro continente. Esas
mismas puertas que se cerraron en 2015-16 (16avos. de final), 2014-15 (octavos
de final), 2013-14 (octavos de final), 2012-13 (octavos de final) y 2011-12
(16avos. de final).
Los números dictan sentencia. Independiente está obligado a
pelear la Sudamericana hasta el final, sin excusas. El DT sabe que no puede
flaquear contra Libertad de Paraguay, o de lo contrario despertará de nuevo los
murmullos que tanto atormentaron en los últimos años sobre Avellaneda. Los
jugadores sostienen que la garra y la entrega, distintiva en ellos, está
intacta, pero al fútbol se juega con cabeza para recuperar el deseo y no
apostar por el milagro de River.
Fuente TyC Sports
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