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lunes, 27 de junio de 2016

Hay dolores que matan




Las duras sensaciones tras el golpe en los penales. Así lo vivimos desde el palco de prensa del MetLife.

Por Federico Nogueira

Las camisetas rojas, sin ganas de abandonar la tribuna y con una sonrisa esbelta e inmensa son una puñalada al corazón. Idéntica sensación se refleja cuando se observa al 10 sentado en el piso, serio, con la lágrima corriéndole por dentro. Otra vez se escapó la posibilidad de gritar campeón, otra vez nos quedamos con la medalla del segundo puesto.

Y te aseguro que desde la cancha es peor. La credencial colgada del cuello es sinónimo de mesura, de dejar el hincha en el olvido. Pero en esta final se volvió invisible y hasta los periodistas de la sala de prensa del MetLife se pusieron la celeste y blanca. Ya no había análisis ni conjeturas, sólo gritos de tablón y aliento para los nuestros.

Ni una mirada al cielo pudo cambiar la historia. Chile clavó el último penal y la sensación de desazón fue inmensa. Incomparable, indescriptible. Te juro que, después de un mes con ellos, viajando miles de kilómetros, haciendo un esfuerzo enorme para estar en el día a día de la Selección, te duele igual que a los jugadores.

Hay dolores que matan. Son esos de los que no te recuperás más, que ni el mejor psicólogo puede aliviar. Pasarán los años, seguramente Argentina conseguirá esa tan buscada gloria, pero esta herida no sanará. Te lo firmo hoy.   


NUEVA YORK (ENVIADO).

Fuente Olé

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