Por Lucas Campos
Con el alma armé el mate y agarré la lapicera, nervioso,
para ver un partido definitorio de la Copa más linda de todas. Con el alma,
gritamos los goles. Con el alma Benítez se sacó de adentro la angustia de los
malos y con el alma Independiente se llevó un triunfo de Brasil, que le agranda,
y nos agranda, el alma.
Porque al fútbol se juega con los pies, pero también con el
alma. Con el alma de todos los hinchas de Independiente que se enfilaron detrás
de Campaña, cuando el capitán uruguayo le levantó los brazos a todo
Corinthians, indicando que sus manos están limpias.
Limpias como la jugada que enhebró Independiente a los dos
minutos de juego. De Meza para Romero y Romero para Meza, tic tac, tic tac,
centro de Meza y luego de que el nueve falle, Benítez fue. Benítez fue con su
alma, con la de su familia, con la de Holan y con el alma de todos los hinchas
del Rojo. Todos juntos, con el alma, le pegamos a esa pelota para que se hunda
en la red blanca y negra. Gol del Rojo. Gol de los nuestros. A gritarlo con el
alma. 1 a 0, desde el vestuario.
Juré con el alma que grité gol cuando la pelota pegó en el
travesaño minutos más tardes. Minutos más tardes, Maxi Meza le pegó con el
alma. La pelota se desvió y entró colada en el segundo palo. Gol de los
nuestros, otra vez. Independiente le pegaba un baile, con fútbol y con alma, a
Corinthians, que luego iba a descontar.
En el complemento, el local se iba a venir. El local y el
árbitro, que todo lo veía para el equipo brasilero. El juez, que nos había
anulado un gol, de Franco, porque Figal le respiró la nunca al defensor. La
bronca y la injusticia, también, en ocasiones, nos hace empujar con el alma.
Con el alma de Sánchez Miño y la de Nicolás Domingo. Con el alma llena de
bronca con la cual pegó la patada Emerson y se fue expulsado.
Defendimos con el alma. Tocamos con el alma. Con un alma que
venía golpeada, porque hay quienes también odian con el alma. No hubo tiempo
para más. Con el alma, el equipo fue a saludar a su gente que lo aclamaba.
Gritaban porque Independiente había contestado con fútbol. Porque le había
ganado al campeón brasilero en su casa. Porque todos nosotros nos vamos a
dormir con el alma feliz, sabiendo que el Rojo ganó, que jugó bien, y que su
gente está representada por jugadores que dejan el alma, aún sabiendo que el
fútbol es un juego en donde se pierde, se gana o se empata, pero en el cual
siempre de debe dejar el alma, y si es posible, al Diablo.
Fuente De la Cuna al Infierno
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