Ilustró rrrojo
Por Tito “Rojo” Silva
¡Feliz 110 aniversario, mi querido Club Atlético
Independiente!
Hago votos para que tu rica e inigualable historia, sólo
interrumpida por una larga noche que duro 361 días, vuelva a contar con
jugadores que integren equipos que merezcan como otrora la admiración y el
aplauso de los hinchas amateurs (que en francés significa "amantes");
entre los que me cuento.
Digo esto y acuden a mi mente los recuerdos de tantas noches
de Copa Libertadores, generalmente los miércoles, cuando allá por mis 17 años y
los 15 de Huguito, tomábamos el micro hasta la estación del Roca; luego el tren
hasta la estación de Avellaneda, y luego la caminata de veinte y pico de
cuadras hasta el estadio; luego la cola para sacar la entrada; después las dos
horas de partido, (que usualmente nos compensaba por el esfuerzo); después
nuevamente la pateada hasta la estación, el viaje de una hora y media en un
tren tan inhumano como infernal; después el micro, que a la una de la madrugada
era tan inhallable como la Fuente de Juvencia, (rara vez tomábamos un taxi
porque era prohibitivo para nuestros flacos bolsillos).
Cuando por fin
llegábamos a casa, alrededor de las dos de la madrugada, muertos de frío, pero
con la sangre y el corazón a mil, poníamos el despertador que inexorablemente
sonaría cuatro horas después, para ir ambos a trabajar.
Porque nosotros, como decenas de miles de hinchas del Rojo,
NO ÉRAMOS HINCHAS PROFESIONALES. A nosotros nos costaba plata ir a ver a
nuestro querido Independiente. Plata ganada con el esfuerzo de dos chicos que
además estudiábamos para , entre otras cosas, aprender a meter una coma de vez
en cuando y tener una gramática y sintaxis razonables, simple y llanamente para
que a la hora de expresar nuestras ideas y sentimientos otras personas nos
pudiesen entender.
Entiendo que es muy difícil que aquellos tiempos de hinchas
románticos vuelvan, como es imposible que yo vuelva a tener diecisiete años, y
volver a tener a mi lado a mi hermano para abrazarlo, como en aquellas
memorables jornadas, ante un gol de Mario Rodriguez, de Luis Artime o de
Norberto "Madera" Outes, o más recientemente del negrito Usuriaga o del
Cuqui Silvera.
Repito: Sé que es muy difícil pero no imposible.
Tal vez cuando regresen los grandes equipos, que representen
al club como su historia lo manda, entonces sí, volverán los hinchas genuinos
de los colores, y no los hinchas de la hinchada. El vulgo es un Narciso viejo
que se aplaude así mismo aplaudiendo las vulgaridades.
Fuente Tito "Rojo" Silva para este blog.
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