Por Carlos Maidana
Hizo todo mal y lo que ya estaba mal, lo empeoró
drásticamente.
Ya no puede ir a la cancha – por primera vez no viajó con el
plantel y no estuvo en el Libertadores de América -, no tiene el respeto, ni el
respaldo, de varios de sus compañeros de comisión directiva – todos coinciden
en que ya le han pedido un paso al costado, aunque nunca delante de un
micrófono – , de sus ex compañeros, de integrantes de su agrupación, de los
empleados, ni del plantel.
Ahora, también se sumó el DT a los cuestionamientos,
palabras más, palabras menos, tratando de no avivar más el fuego.
Dio sobradas muestras de que nada de lo que pueda hacer
resulta beneficioso para Independiente.
Todo lo que dice, parece a propósito,
termina pasando lo contrario: Que la convocatoria la vamos a pagar en la
primera semana, pero la convocatoria sigue sin levantarse, que Piatti ya está,
Piatti va a San Lorenzo; que Bolatti ya está, pero Bolatti no llega; que a
Pabón lo apalabró por Blackberry Messenger, Pabón no llega; que Pintos es el
primer refuerzo, Pintos no llega; no va a venir Caicedo, es un jugador de relleno,
viene Caicedo; no va a venir Insúa, viene Insúa; Insúa, que gana menos de lo
que dicen, Insúa gana el doble de lo que dijo; el acuerdo con la oposición se
hace, el acuerdo se cae; acordamos con los delegados, aunque los delegados no
aceptaron la oferta y tantísimas otras cosas que sería en vano mencionar. Al
menos acertó en que el partido se jugaba, aunque a 3 horas de iniciar el mismo
estuvo a punto de suspenderse.
La confrontación con el periodismo es otra de las tantas
batallas que inició, aunque no es de ahora.
Aseguró que durante su campaña no
tenía lugar en los medios partidarios, cuándo antes les agradecía el espacio a
los mismos. Habla sólo con los medios nacionales, aunque después entra en el
chiquitaje si tal o cual periodista no paga las cuotas.
Aquellos mismos medios
contra los que despotricaba antes de llegar a la presidencia.
A esta altura, cuesta entender e interpretar los motivos por
los cuales Javier Cantero no busca descomprimir, sabiendo que su figura está
agotada. Cuesta comprender los motivos por los cuales no ordena una transición
que le sea beneficiosa al Club.
Que permita que Independiente intente buscar
otros métodos para la conformación de un equipo que pueda pelear lo que sea que
encare a partir de junio, ya sea la permanencia en la primera división – si es
que le toca ascender – o buscar el ascenso, si se le llega a escapar la
posibilidad de volver a la A.
Cierto es que desde afuera contribuyen poco.
Una
oposición en serio, en vez de una que le erra a los nombres en una convocatoria
de 27 firmas, hubiese arbitrado los medios estatutarios para un llamado a
elecciones.
Se hace difícil, presidente, comprenderlo.
Sinceramente.
Sobre todo para los que, como quién escribe estas líneas, depositamos un voto
de confianza en su gestión y hoy nos sentimos tan decepcionados.
Esa gestión,
la cual a más de dos años y medio de su llegada a la presidencia, no se
evidenció en lo más mínimo.
Fuente Infierno Rojo
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