Por Pablo Gravellone
Histórico de Acassuso, influyente en la Asociación del
Fútbol, ladero obsecuente de Julio Grondona y actual mano derecha de Chiqui
Tapia.
A Javier Marin todos lo conocen como Pipo. En la AFA y en
todas las canchas de ascenso del fútbol argentino. Hoy, este dirigente de más
de 30 años en el club Acassuso está imputado en el caso de los abusos a menores
en Independiente y es investigado por la Justicia para saber si tuvo algún tipo
de participación.
En algunos celulares de las víctimas el número de teléfono
de Marin figuraba bajo el apodo Ballena. También se encontró una llamada
telefónica con el árbitro Martin Bustos, uno de los detenidos en esta causa que
sacude al fútbol argentino.
Pipo (o Ballena) es un hombre fuerte en el ascenso.
Actualmente es vicepresidente de Acassuso, un club muy chico que no tiene la cancha
habilitada para competir en la B Metropilitana, que fue creciendo
futbolísticamente a medida que Marin se fue rodeando y ganando poder dentro de
la AFA. Hoy, el equipo está tercero en la tercera categoría del fútbol
argentino cumpliendo su mejor campaña histórica.
Marin fue hombre de Julio Grondona. Un ladero fiel del ex
presidente de la AFA que luego no dudó en apoyar a Marcelo Tinelli cuando fue
candidato a presidente, y que hoy es uno de los dirigentes más cercanos a
Claudio Chiqui Tapia. Así se fue moviendo siempre, tratando de estar cerca del
poder, y tejiendo alianzas y contactos.
En su recorrido como dirigente de AFA presidió la Mesa
Directiva de la Primera D, la Primera C y la B Metropolitana. Hoy es uno de los
vocales titulares y preside la Comisión de Deportividad y Responsabilidad
Social y Sustentabilidad.
La relación con Chiqui Tapia le ha permitido viajar como
parte de la delegación argentina a partidos importantes de la Selección y estar
dentro del vestuario de los futbolistas, un recinto "sagrado" al que
no muchos tienen acceso. Incluso, fue quien movió hilos para llevar al Brujo
Manuel a Quito para el partido con Ecuador que significó la clasificación al
Mundial de Rusia.
Los que conocen a Marin y lo han tratado mucho en estos 30
años como dirigente aseguran que hizo un trabajo de hormiga para construir su
espacio de poder en la AFA. Su obsecuencia con Grondona le dio muchos réditos.
Después de la muerte de Don Julio en 2015 supo reacomodarse: hoy va de la mano
de Chiqui Tapia y es uno de sus hombres de confianza.
Fuente Toda Pasión
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