Vistas de página en total

viernes, 20 de abril de 2018

Preso del sistema


Los extremos del Rojo no están en buen nivel y el equipo lo sufre. Contra Corinthians, los delanteros Silvio Romero y Fernández terminaron en esa posición. ¿Se impone un cambio de esquema?


Por Favio Verona

Los errores arbitrales fueron determinantes en el resultado del partido entre Independiente y Corinthians (0-1). El árbitro uruguayo Daniel Fredrorzuk no sancionó un penal y, a instancias del juez de línea, Carlos Pastorino, le anuló mal un gol a Silvio Romero. Pero la derrota del Rojo no se explica únicamente desde los fallos del juez, que sin lugar a dudas fueron decisivos. El equipo fue rehén del esquema en el tramo final del partido.

Silvio Romero y Leandro Fernández terminaron jugando de extremos. En su afán por mantener el 4-2-3-1 que tantos buenos resultados le ha dado el año pasado, Ariel Holan ubicó a ambos futbolistas en una posición en la que no se sienten del todo cómodos. Los dos son delanteros de características muy distintas a las de Gigliotti: precisan salir del área para entrar. Sus mejores versiones se han visto cuando se desempeñaron como satélites de un nueve de área. Pero al ponerlos pegados a la raya, en una función que requiere retroceso y desborde, se termina desnaturalizando el juego de ambos y se desaprovechan sus cualidades.

Son los jugadores los que deben darle forma al sistema táctico. El esquema no puede estar por encima de las características de los intérpretes. Cuando a los futbolistas se les asignan funciones a las que no están habituados, lo más probable es que se produzca una merma en sus rendimientos.

Gonzalo Verón, Jonathan Menéndez y Braian Romero, quienes fueron incorporados en el último mercado de pases, son extremos naturales. Martín Benítez, Juan Manuel Martínez y Francisco Pizzini, quien se recuperó de una rotura de ligamentos, también pueden desempeñarse en esa posición. Excepto Benítez, quien tuvo un buen primer tiempo ante Corinthians jugando detrás del punta, el resto se encuentran lejos de su mejor nivel. Y en ese contexto parece imponerse la necesidad de cambiar el esquema.

Emiliano Rigoni y Ezequiel Barco fueron los extremos veloces y desequilibrantes que se transformaron en un sello distintivo de Independiente en los primeros meses del ciclo de Holan. El Rojo logró reponerse a la salida del cordobés al Zenit, pero aún siente el golpe por la partida de Barco.

Por supuesto que cambiar el sistema táctico no garantiza nada, pero peor es hacer experimentos con tal de mantenerlo. Salvo en casos de emergencia, no tiene sentido poner jugadores en puestos en los que se corre el riesgo de no aprovechar su potencial.


Fuente Olé

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.