Independiente cayó con Corinthians y perdió con ello una
inmejorable chance de quedar como puntero del Grupo G de la Copa Libertadores.
En un partido que de comienzo se presentó favorable pero terminó resultando al
revés, aquí analizamos las claves que llevaron al Rojo a la derrota.
No aprovechar el momento: Esta debe ser la razón fundamental
por la que el Rojo no pudo guardar los tres puntos en Avellaneda. En el primer
tiempo Independiente tuvo pasajes de altísimo vuelo, generando situaciones de
gol y tocando de primera en tres cuartos de cancha, similar a lo hecho en el
semestre anterior. No pudo capitalizarlas en gol ante un rival especulador y
defensivo y eso terminó siendo un factor clave para no ganarlo.
Problemas en la zaga derecha: Si Corinthians creció, fue
porque Independiente le regaló la zaga derecha, lugar donde generó unas tres
situaciones y por donde llegó el gol. Fabricio Bustos le tocó hacer todo el
desgaste y terminó muy cansado. Y lejos de recibir ayuda, quedó prácticamente
solo teniéndosela que ver contra los mejores de ellos. Fernando Gaibor juega de
mediocampista central pero rara vez colabora en la marca; y por la misma banda
del 4 delante terminó Silvio Romero, que tampoco tiene marca. Y así llega el
gol.
El gol cantado: Si iba a haber gol del visitante, estaba
claro que iba a venir por el sector derecho de la defensa del Rojo. Nicolás
Figal, de correcto partido, tuvo que cerrar un posible centro y Fabricio Bustos
se quedó conteniendo el lateral. Bien. Pero donde tiene que haber pressing es
en el descargo, lugar donde falló Independiente: ni Romero ni Gaibor apretaron
al recién ingresado Vital en el relevo de la jugada. El brasileño, con gran
pasividad, remató el centro que luego terminó el gol.
El planteo inicial: Si bien es escribir con el diario del
lunes, es un análisis que no puede dejar de hacerse. El planteo inicial de
Ariel Holan no estuvo mal, pero hizo perder dos cambios por cómo se dio el
desarrollo del partido. En principio porque sin Emanuel Gigliotti el equipo
pierde peso arriba. Y segundo, porque obligó a sacar en el entretiempo a un
Martín Benítez que se sabía no iba a durar los 90. Con su salida, perdió
explosión y desequilibrio. Y luego, literalmente regaló la banda derecha con
algo que ya fue explicado en el anterior punto. Perder dos cambios significó
que el tercero deba ser necesariamente ofensivo para buscar los tres puntos, y
con eso se dilapidó la chance de hacer entrar a Juan Sánchez Miño, un
futbolista que perfectamente podría haber cubierto los espacios que dejaron el
ecuatoriano y Romero. Lógicamente, si Independiente se iba al entretiempo
ganando 2 a 0, esto iba a pasar desapercibido. Pero no sucedió, y se pagó muy
caro.
Problemas en la generación de juego: Más allá de los
problemas en el retroceso, la realidad indica que Independiente no jugó mal, de
hecho hizo un buen primer tiempo. Pero con la salida de Benítez, el equipo
perdió todo atisbo posible de claridad en la generación de juego. Fue
esfumándose y regalándole la pelota al contrario, y en los pies de jugadores
donde Holan debe encontrar soluciones, solo encontró problemas. Se perdió la
retención del balón, el traslado, el desequilibrio y la sorpresa.
Fuente Infierno Rojo
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