Por Alexis Potel
Llegó de la mano de Gabriel Milito sin encontrar la
explosión ni el desequilibrio esperado. Poco a poco tomó ritmo y elegancia en
su juego hasta convertirse en un “As” fundamental en el esquema de Ariel Holan.
Maximiliano Meza marcó la diferencia en muchos de los 30 partidos oficiales que
disputó con la camiseta de Independiente y anotó uno de los golazos -lleva 8
gritos en total- más importantes en la historia del club, ante Flamengo en la
final de la Copa Sudamericana
“Perdimos un jugador que nos aportaba dinámica, colaboraba
en ataque y en defensa. De la noche a la mañana se cerró la negociación.
Honestamente pensé en irme”, declaró con malestar el por aquel entonces
entrenador de Gimnasia Esgrima de La Plata, Gustavo Alfaro, cuando el Rojo
incorporó al correntino de 26 años por la suma de 1.950.000 dólares, por el 65%
del pase. Sin dudas era la pieza de dominó clave de aquel tripero, hoy la de
Independiente.
Es que cuando Meza está encendido, el equipo mantiene
latente ese despliegue rápido, ecuánime y preciso en los ataques como así
también en los retrocesos. Es un futbolista de bajo perfil que entendió
rápidamente cual es el estilo que este escudo impone desarrollar en el campo.
Cuando él no se alla en tiempo y espacio para ser opción en una embestida hacia
el arco rival, se nota la falta de claridad y creatividad.
En el clásico ante Racing se vio, sobre todo en el primer
tiempo, la primera mención descripta anteriormente. Activo, participativo y
partiendo desde el círculo central para romper entre líneas como el manual de
los habilidosos lo describe; gambeta corta y pelota pegada al pie. El profesor
le dio la confianza y el jugador abrió el panorama. Pasó de extremo a ser el
que lleva los hilos del funcionamiento.
Envidiable para cualquier entrenador del fútbol moderno.
Maximiliano Meza desembarcó en Avellaneda a mediados del
2016. Fue protagonista absoluto de la obtención de la Copa Sudamericana 2017,
participó en 11 de los 12 cotejos del certamen (se perdió la vuelta con
Atlético Tucumán por los octavos de final). Con alguna compañía de su altura,
en la temporada que arrancará el próximo miércoles frente a Rosario Central por
la Superliga, podría potenciar aún más sus cualidades futbolísticas para
beneficio de un plantel al que le esperan varias competencias internacionales
como la Copa Libertadores. Todo un sueño para el año que comienza.
Los dirigentes de Independiente saben que hay un diamante en
bruto en el desempeño creciente del ex Tripero y por ello hace pocos días se le
incluyó una cláusula de rescisión por 12.000.000 de dólares, en caso de que
algún club pretenda sus servicios.
La jerarquía es necesaria para afrontar lo que se viene e
Independiente la tiene sobre la Meza.
Fuente Orgullo Rojo
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