El Gráfico
El delantero nació en 1918 y con goles gambetas se convirtió
en un mito del fútbol argentino. Independiente,su equipo emblema, fue testigo
de sus más grandes hazañas.
Fue el hombre de las mil piruetas, el del tango que nunca se
oyó. Vicente De La Mata, el futbolista de las gambetas del siglo pasado, nació
el 15 de enero de 1918 y, a cien años de su nacimiento, su nombre sigue vigente
entre los futboleros.
La leyenda cuenta que este rosarino era buscado por todos en
su ciudad natal por la increíble habilidad con la pelota, que le costaba
pasarla y que, por esa mezcla de aptitud y egoísmo, era un receptor de patadas
constante. Su primer club, Central Córdoba de Rosario, fue testigo de las
grandes actuaciones que llevaron al delantero a ser convocado a la Selección
Argentina en 1937 con tan solo 19 años. Allí, en la etapa del incipiente
profesionalismo, el atacante mostró su valía y obtuvo el tan ansiado pase a un
grande de Capital Federal. Por 27 mil pesos Independiente compró su pase.
El Gráfico
Sin embargo, no fue lo único que consiguió. En su paso por
la Copa América de 1937, Antonio Sartre -que luego sería compañero de él- le
puso su apodo: Capote.
En el Rojo, De La Mata inscribió su nombre en los libros por
ser el integrante de una de las delanteras más importante de la historia
argentina. Junto a Sartre y Arsenio Erico metieron 218 goles en 66 partidos en
los campeonatos de 1938 y 1939. ¿El promedio? Tres goles por encuentro. El
bestial número le otorgó, por supuesto, el liderazgo en ambos torneos y así
obtuvo dos de los tres títulos nacionales con el club.
La estadía de Capote en Independiente duró 362 partidos.
Desde 1937 a 1950. Allí metió 151 goles que lo empujaron a ser el segundo
máximo goleador histórico del Rojo. Más allá de la infinita cantidad de
anotaciones, hubo uno que sobresalió al resto. El 12 de octubre de 1939, De La
Mata tomó la pelota en mitad de cancha -y como suelen empezar los grandes
goles- arrancó por derecha. Amagó a cinco jugadores y definió ante la salida
del arquero. Tras el partido, en la revista El Gráfico, el delantero contó: “le
di con la de palo, y salió un tiro corto y débil que fue a meterse entre el
poste derecho y el arquero. Los engañé a todos. ¡Incluso yo, que quise tirar
centro!”.
El gol fue tan increíble que el músico Juan Sánchez Gorio se
inspiró, el letrista Nolo López se sumó y, juntos, crearon el tango “Capote”.
En el cuadro de los rojos, hay un forward popular, bailarín de cien posturas,
con más vueltas que “tranway”, Gambeteando ¡Mamma mia! Que manera de apilar, es
un ángel con alitas, déjenlo que no hace mal”, dice la canción en uno de sus
versos.
Para el final de su carrera quedó un paso anecdótico por Newell's.
En 23 partidos metió un solo gol y, finalmente, se retiró del fútbol en 1952. A
lo largo de su trayetoria, Capote, cosechó tres títulos con el Rojo y tres con
la Selección Argentina. Murió en 1980, a los 62 años. A cien años de su
nacimiento, sigue siendo una leyenda del fútbol argentino.
Fuente Diario Popular
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