“No he hablado con nadie, ningún club ni nada. Mi presente es en Independiente y, por ahora, seguirá siendo acá. Yo no me quiero ir”, batalló el lateral izquierdo.
Pero casi un mes después, el defensor levantó el teléfono y se comunicó primero con Jorge Burruchaga y luego con Lucas Pusineri para avisarles que su deseo es dejar la institución. Es más, Sánchez Miño tuvo malas actitudes y fue bajado a entrenar con Fernando Berón. En la vuelta a las prácticas, él trabaja a contraturno junto a los relegados.
Aunque su representante insistió en sacarlo sólo a cambio de la deuda, en los últimos días hubo un último intento del Manager por convencerlo para que se quede. Sin éxito. Sánchez Miño está totalmente decidido y le darán el gusto.
Un dirigente de alto rango le definió a InfiernoRojo que la salida está acordada de palabra, en la que el jugador resignaría un dinero que el club le debe y los meses de contrato venideros. Además, pondría una cifra de su bolsillo para “comprar” el pase e irse en libertad de acción. El sábado por la tarde no se presentó a entrenar en el predio de Villa Domínico, debido a este arreglo con la dirigencia.
Se habla de intereses de clubes argentinos, de Brasil, Estados Unidos (Sporting Kansas City) y Europa, pero de momento no llegó ninguna oferta formal a la institución de Avellaneda. La partida no sería por Ezeiza, sino que por la puerta de atrás.
Fuente Infierno Rojo
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