El Diablo arrancó la parte más intensa de la pretemporada en
la ciudad de la Basílica sin Cebolla ni Cuesta. Mientras exige a sus jugadores,
Milito aguarda con ansias la llegada de los refuerzos.
Circuitos para agilizar la circulación y conseguir precisión
en velocidad, trabajos en espacios reducidos en los que el objetivo era
descargar a un toque para conservar la pelota por períodos de tiempo
prolongados y trabajos dinámicos cuyo fin era la puesta a punto física, siempre
con la pelota como aliada. Así fueron los primeros 20 entrenamientos que
condujo Gabriel Milito, quien aprovechó para empezar a bajar línea y convencer
a los jugadores de su idea. Los primeros ensayos fueron muy exigentes, pero lo
más duro comenzó ayer, cuando los jugadores llegaron a Luján. Allí trabajarán
todos los días en doble o triple turno hasta el 9 de julio, cuando regresarán
para afrontar la recta final de la preparación en Domínico.
El deseo de Mariscal de contar, al menos, con los refuerzos
antes de viajar a Luján no se concretó. La única cara nueva fue la de Nicolás
Figal, pero le queda un año más de préstamo en Olimpo y su situación aún no se
resolvió. En Bahía Blanca no están dispuestos a aceptar jugadores como forma de
pago para adelantar la salida del central, por lo que la dirigencia deberá
abrir la billetera y abonar un resarcimiento.
El lateral derecho de Defensa y Justicia, Damián Martínez, y
Juan Sánchez Miño, son los que parecen estar más cerca de llegar. Por el volante,
la CD de Independiente le ofreció ayer a Torino un préstamo de un año con un
cargo de u$s 300.000 y una cláusula de rescisión de 1.700.000 que deberá ser
abonada si el futbolista juega al menos 12 partidos en el Rojo. Y Droopy Gómez
podría emigrar a Toluca en las próximas horas. Por otro lado, Cebolla Rodríguez
se integrará el lunes y Víctor Cuesta, quien volvió tras la Copa América, está
de vacaciones.
Fuente Olé
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