Basile, el último técnico que festejó con la Selección,
responde todo: Messi, el recambio, Chile, Brasil y un futuro que ve
preocupante.
Por Antonio Serpa
No es Palermo, es Jersey City. Pero hay una mesa igual, y
una vereda, y amigos. Y gente que se para a sacarse fotos frente al local de
Empanadas Argentinas. No por una cuestión de nostalgia gastronómica, sino
porque el que está en la puerta, shorts-remera-faso en la mano, es Coco Basile.
Al lado, su amigo el Ruso Ribolzi con una pierna apoyada en otra silla. “Se
tiene que operar. Ya le dije. Andá vos primero. Si no te pasa nada, después voy
yo”, dice el último técnico campeón con la Selección. La gente le pide fotos,
autógrafos -”En La Gran Manzana me pararon de todos lados: colombianos,
mexicanos”- y habla de fútbol o escuchan la charla con Olé .
-¿Cómo viste a Argentina, te gusta?
-De arranque bien, luego tuvo un impasse y ahora mejor que
nunca, salvo por los lesionados. Pero veo a Argentina campeón y superior a
todos.
-¿Es un problema no tener recambio?
-Obvio, y más en una final, que puede durar 120’. Pero si se
da todo con normalidad, con Messi como está jugando, Argentina les tiene que
ganar a todos. Falta este último partido. Siempre con respeto a Chile, que fue
de menor a mayor y le hizo siete goles a México, algo que yo no puedo creer
todavía.
-Encima los que entraron rindieron bastante.
-Sí, más de lo que hubiéramos esperado o creíamos. En
especial Augusto, que jugó muy bien por Biglia. Eso quiere decir que la
diferencia entre el titular de la Selección y el que le toca esperar afuera es
muy chiquita. Lamela, cada vez que entró, también lo hizo muy bien y juega con
pausa: es la antítesis de Di María, que es otra cosa. Gaitán también rindió
bien.
-Martino afirmó que sobre lo visto, esta es la mejor
generación de jugadores chilenos.
-Comparto la opinión. De lo que conozco, y he jugado y he
dirigido, es la mejor. Y hace tiempo que arrancó, allá por 2007 y después
siguió con Bielsa. Son casi todos los mismos: Isla, Vidal, Alexis, Medel...
-¿Les pueden pesar estos 23 años sin ganar y las finales
anteriores?
-Acá me pongo en jugador. Por más que diga que no, quiere
revancha con el que te ganó. Como decimos los porteños, la tenés adentro. Y
justo se te da la final contra el que te ganó. Eso es una motivación adicional.
-¿Lo otro no pesa?
-Lo que pesa es que Chile ha jugado un gran Mundial, también
le ganó a Inglaterra como visitante y le fue bien con Alemania. Estos jugadores
tienen mucha experiencia y haber ganado los agranda. Si tenés resultados
negativos a nivel internacional cuando jugás contra Argentina, que es uno de
los grandes del fútbol mundial, te pesa. Pero ya te digo que a éstos no les
pesa nada. Ni a Chile ni a Argentina.
-¿Qué le faltó en las finales perdidas? Suerte,
mentalidad...
-Un poquito de cada cosa. Contra Alemania tuvo las
oportunidades netas para ganar y no lo hizo. Podemos llamarlo un problema de
suerte o ineficacia. Pudo haber sido con la jugada de Pipita o la de Palacio,
pero no sucedió y entonces nos ganaron en el suplementario. El de Chile fue un
partido parejo, discreto, con un poquito más de posesión de ellos y ese día
también, llamalo como quieras, pudo haberlo ganado al final con la jugada de
Messi, Lavezzi e Higuaín... Si era el Napoli, seguro que el Pipita la metía.
Pagamos la ineficacia, aunque pudo haber ganado cualquiera de los dos.
-Hubo miradas distintas, de la gente y la prensa, y con
Chile la crítica fue mayor. Tal vez porque son diferentes rivales.
-Ojo, Chile hoy es una potencia mundial. ¿Quiénes son hoy
las potencias de Europa? Alemania y España. El fútbol inglés lo miramos porque
es divertido, terminan 4-3, 5-4, y eso con todos los extranjeros. Después,
cuando se juntan a jugar con su selección, no pasa nada, no le ganan a nadie. Y
en Sudamérica, hoy, los mejores son Argentina y Chile.
-¿Por qué le pasa a Brasil lo que le está pasando?
-No puedo creer lo que le pasa. No tienen los jugadores de
jerarquía de antes. Es una cuestión generacional. Tampoco ganan en juveniles.
No sacan jugadores hace, fácil, diez años. Y cada vez juegan peor.
-¿No te da miedo que nos pase lo mismo cuando se vaya esta
generación?
-Y sí, hoy no tenemos ni técnico de juveniles y eso es
gravísimo. A futuro no lo veo bien. Ahora Argentina es muy superior, aunque nos
puede pasar lo mismo que a Brasil. Dios quiera que no.
-¿Cuál es la clave para ganarle a Chile?
-Tapar a los laterales de ellos y que Messi enganche para
adentro y les robe las espaldas a Aránguiz y compañía. Si hace eso, queda cara
a cara con Medel y les armamos un desastre. Pero para eso primero hay que
agarrar la pelotita, eh.
-Hablando de Medel: ¿tenés miedo de que vayan a buscar a
Messi para recordarle la lesión?
-No, no son malintencionados. Son fuertes, eso sí. Si te
hacen foul, es una jugada, nada más. Lo que pasa es que la habilidad de Messi
te hace llegar un segundo tarde. Te corre la pelota y te queda la gamba. Parece
que lo matan a patadas, pero no es que salgan a pegarle. Va a ser un partido
leal, jugado de frente.
-Pasaron 23 años y seguro querés ganar. Ahora, también debe
ser un orgullo la revalorización que se hace hoy de aquellos títulos de
América.
-Eso de no darle valor era una equivocación, porque juegan
diez, 12 selecciones. A las de Conmebol se les fueron agregando las de
Concacaf... No es fácil ganar la Copa América. Fijate el nivel que tienen estos
equipos que siempre hacen buenos mundiales. Son bravísimas las selecciones de
Sudamérica.
-¿Pero te sentís más reconocido ahora?
-No me gusta hablar de mí, pero en Buenos Aires, la gente,
en los semáforos te lo dice. Cambió todo.
-Si tuvieras que apostar, ¿cómo sale la final?
-No me gusta dar resultados, pero Argentina es el mejor y
tiene que salir campeón.
YO DIGO
Marcelo Roffe (psicólogo deportivo): "La otra final: la
psicológica"
"Las constelaciones psicológicas que se ponen en juego
en una final son apasionantes. A saber: 1) A la final llegan sólo dos equipos,
lo cual refleja un enorme mérito. 2) No cualquiera juega bien y suelto,
producto del gran estrés causado por lo que hay en juego. 3) No cualquiera
rinde en su Selección igual que en su club, ya que suele "pesar más"
representar al país debido al arraigo y al sentido de pertenencia. 4)
Cualquiera reúne buenos jugadores, algo que sucede en estos planteles. Lo
difícil es hacerlos jugar en equipo. 5) Un jugador sólo no te salva, menos
cuando existen rivales aceitados en lo colectivo.
Chile es un rival difícil, que fue de menos a más y llegó a
la final con autoridad. Tiene a favor que es el dueño de la Copa, tras el
título del año pasado, y tratará de defenderla con vigor, ya sin la presión de
no haber ganado y con un plantel experimentado, cuyos nombres acumulan un
rodaje de casi diez años en algunos casos, casi siempre bajo el mismo estilo.
Con relación a Argentina, hay equipo y su rendimiento
psicológico fue sólido todo el torneo. Ganó los cinco partidos, por momentos
"fluyó" y tiene a Messi, el mejor del mundo, feliz como nunca en la
Selección. Eso es un plus. Esta generación nos volvió a poner en el primer
plano, luego de largos años. Sin embargo, como dijo Mascherano, ya no alcanza
con llegar a la final. Esta vez amerita ganarla. Ese fue el Norte y lo tienen
muy en claro. Tras la goleada a EE.UU. se notó en las caras de los jugadores y
sobre todo del DT, reflejaron que la alegría lejos estuvo de ser completa y que
el objetivo aún no se cumplió. El desafío es sacarse las mochilas para
disfrutar la final: no deben cargar con 23 años sin títulos ni con las derrotas
con Alemania en 2014 y ante Chile por penales en 2015. Si el equipo lo logra y
maneja la ansiedad de querer darle una alegría a la gente, además de lo
táctico-físico, el éxito estará más cerca. Porque cuando uno desea mucho algo,
se esfuerza y en especial lo disfruta, tiende a salir bien. Aunque el fútbol en
alto rendimiento a veces es injusto, estos muchachos lo merecen y saben cómo
hacerlo".
NUEVA JERSEY (ENVIADO).
Fuente Olé
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