Mauro Cunto
Independiente quedó eliminado en Cuartos de Final de la Copa
Libertadores tras caer ante River en el Monumental. Fue un partido tremendo, y
pese a las dificultades, el Rojo estuvo a 25 minutos de la hazaña.
En
InfiernoRojo analizamos las claves que llevaron al 3 a 1 final.
Niveles diferentes de intensidad: Desde que el brasileño dio
el pitazo inicial se vieron dos equipos con vocaciones algo diferentes. Por un
lado el local, mucho más ofensivo y con la iniciativa absoluta, y por otro lado
la visita, mucho más replegado. Clave para sentenciar desde el minuto cero una
tendencia que iba a verse todo el encuentro.
El penal y la roja: Cuando Javier Pinola cometió la
infracción que debía culminar en penal y en expulsión, cambió el partido. En
realidad, debería haber cambiado y no lo hizo, porque el árbitro desestimó
hasta repasarla con el VAR. Clave, porque podría haber significado arrancar
ganando y con ventaja numérica de jugadores.
La apertura del marcador: Independiente, siendo
completamente superado por su rival, supo aguantar con altura el cero y debía
afrontar un segundo tiempo que lo iba a tener favorable, porque cada minuto que
pasara, era un minuto menos para el Millonario. El gol de River llegó apenas se
abrió el telón. Fundamental.
El gol de Independiente: Sin lugar a dudas fue una situación
fundamental para que todo Avellaneda se llenara de ilusión. El equipo estaba
desorientado, ya habiendo recibido el gol de River y, visto lo hecho en el
partido, parecía difícil convertir en el Monumental. El gol revitalizó a
Independiente y fue clave para darle una vida extra.
Cambios, desinteligencias, siestas y mala suerte: La última
de las claves es combinada, porque en verdad hubo una sucesión de acontecimientos
que llevaron a que River terminara ganando el partido. En primer lugar, las
salidas obligadas de Martín Benítez y Gastón Silva desordenaron absolutamente a
Independiente. En segundo lugar, porque en lugar de jugar de forma inteligente,
mordiendo y metiendo, el equipo frenó el acelerador, y comenzó a cometer
errores que no debía cometer. Todo eso se congregó en ambos goles del local,
que sumado a una cuota de suerte para que un rebote fortuito le arme la jugada,
terminaron con un 3 a 1 final. Justo, pero que podría haber sido diferente.
Y si bien no fueron claves, porque el partido ya estaba
liquidado, lo cierto es que el réferi brasileño no cobró un segundo penal para
Independiente por falta de Franco Armani a Maximiliano Meza, y cobró una mano
inexistente de Emanuel Gigliotti en una jugada que, guste o no, terminaba en
gol de Independiente.
Fuente Infierno Rojo
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