Por Hernán Claus
A sólo dos semanas del debut contra Islandia, hay pelea en
varios puestos clave y el técnico se rompe la pelada para definir los 11
titulares. Tiene seis nombres y prueba para definir los otros cinco. ¿Quién
juega?
Seis puestos sobre once con algún signo de interrogación,
seis casilleros sin llenar, más de la mitad del equipo en busca de un titular.
Jorge Sampaoli anda como novio apurado probándose el traje el día de la boda,
con el cura esperando y la marcha nupcial en sus primeros acordes. En
condiciones normales sería un reflejo de desidia, inseguridad o crisis
inminente, pero este ciclo de la Selección, con tres técnicos en un período de
cuatro años, de normalidad no tiene nada. La urgencia, la emergencia, el
resolver sobre la marcha marcaron a fuego la etapa del actual cuerpo técnico,
que tuvo que lidiar con esta situación sin comerla ni beberla, y eso no ha
cambiado en la medida en que hasta última hora hubo nombres que entraron y
salieron de la coctelera antes de definir a los 23 de la lista.
Con el equipo ocurrió igual, Sampaoli debió resolver las
Eliminatorias con lo que tenía a mano y un grupo más heredado que elegido, y
recién con la agónica clasificación en el bolsillo pudo ir empezando a moldear
su propio estilo con sus propios jugadores. El asunto es que todo debió -y
debe- hacerlo con el Mundial encima y con muy pocas posibilidades de ensayar.
El arquero, uno de los zagueros, los dos volantes centrales,
el extremo/medio por derecha y el delantero de área todavía no tienen dueño
firme, más allá de que Sampaoli alguna idea tendrá del asunto. Mirándolo bien,
no está definido ninguno de los puestos que marcan la columna vertebral (el 1,
el 2, el 5 y el 9). ¿Alarmante? Al menos inquietante, aunque la presencia de
Messi (de este Messi además) es un bálsamo, un elixir que trae calma y
esperanza. Pero esta incertidumbre, mientras el resto de los candidatos tiene
todo claro o más que claro, hace que cada entrenamiento en Barcelona posea una
importancia extra. Porque en lugar de pulir detalles para decidir lo micro, ahí
se están definiendo cuestiones fundamentales para el funcionamiento del equipo.
Los duelos, entonces, se plantean en todos los rincones.
De atrás para adelante, la lucha por el puesto del arquero
es un botón de muestra de hasta dónde el equipo está en formación y cambio. Es
cierto que la lesión de Sergio Romero le agregó incertidumbre al asunto, pero
así y todo son muchos los que sostienen que aún con Chiquito en la lista el
cuerpo técnico pensaba cuál sería el titular. Wilfredo Caballero jugó contra
Haití (aunque casi no la tocó) y Franco Armani lo hará el martes frente a
Israel. Con los reparos del caso, parece que Willy le saca una ventaja al
arquero de River luego de sus minutos importantes contra Italia y España, en la
debacle que sobrevino a la lesión de Romero. Pero convendrá ser prudente y no
dar las cosas por sentadas. Caballero tiene ese manejo de pies que tanto le
gustan al cuerpo técnico, pero Armani está teniendo un rendimiento
sobresaliente y eso podría cambiar el escenario. El arquero de River contará
con su chance en el amistoso del martes y habría que esperar a ver cómo resulta
todo aquéllo...
El arquero: ¿Caballero o Armani?
Otra muestra de que la Selección está en reforma integral
son los centrales. Hasta hace nada, la dupla titular parecía inamovible en
Nicolás Otamendi y Federico Fazio. Pero éste último parece no terminar de
convencer (por falta de velocidad en el retroceso y ductilidad en la salida) y
por eso el entrenador probó con Gabriel Mercado (que era fija como lateral
derecho) como primer central y Otamendi corrido a la izquierda en los
ejercicios en la Ciudad Condal. Pero Fazio aporta juego aéreo y rudeza física,
dos elementos que en la Selección no abundan. Y si Mercado va de zaguero, ¿es
Salvio el lateral indicado? El ex Lanús se lució en el amistoso ante Haití,
pero salvo en un par de jugadas no tuvo a quién defender. Quedará por resolver
que ver que ocurre ante un rival con otro peso ofensivo...
Un central: ¿Fazio o Mercado?
En el medio había una fija: Lucas Biglia. Es el preferido
del DT y sería número puesto si no se hubiera sufrido una complicada lesión
lumbar a menos de dos meses de la Copa del Mundo. Entonces, el cinco de marca
cantado no podría ser él sino Javier Mascherano, paradójicamente el que mejor
estado físico tiene pese a su edad. Giovanni Lo Celso pinta para ser el doble
cinco de salida, al menos en el partido contra Islandia después de cumplir una
buena tarea en el último amistoso. Pero ante el escenario de un rival de más
peso, ¿se impondrá la idea del doble pivote de Sabella, la remake de Brasil
2014? Entonces, son tres candidatos para dos puestos.
El volante central: ¿Biglia, Mascherano o ambos?
Para muchos, Manu Lanzini ya se ganó un lugar como
mediocampista externo con llegada. Jugó contra Haití y a Sampaoli quedó
conforme. Aunque Cristian Pavón, que ingresó por él en el ST, le dio un salto
de calidad al equipo por explosión y cambio de ritmo. Otra vez se conectó muy
fácil con Messi, quien volvió a elogiarlo luego del partido. Y esos detalles no
tan detalles no pasan inadvertidos para nadie. Menos para un técnico muy atento
al criterio y a las necesidades de la estrella. Pavón viene pidiendo pista, el
partido contra Israel y los entrenamientos en Barcelona serán clave para
definir quién juega y quién lo mira desde el banco...
Por afuera: ¿Lanzini o Pavón?
La última duda es central. El nueve siempre fue un puesto
emblemático en la Selección y en los últimos meses entró en una especie de
crisis de candidatos. Por allí pasaron Mauro Icardi -pocos minutos no fueron
suficientes para que se mostrara a la altura en un contexto difícil-, Paulo
Dybala fue opción -de a ratos- y finalmente la pulseada será entre dos que
están desde hace rato: Gonzalo Higuaín y Sergio Agüero.
El 9: ¿Agüero o Higuaín?
Como en el caso de Biglia, de no ser por la lesión que
sufiró, el Kun sería seguro titular. Acá la incertidumbre no es futbolística,
más teniendo en cuenta el presente de uno y otro. Agüero convirtió goles en sus
últimos tres amistosos con Argentina, mientras que Pipita hace ocho partidos
que no anota y se hace más evidente su falta de confianza. La discusión,
definitivamente, está abierta.
Dos semanas, un amistoso, poco tiempo para definir tantas
cosas...
Fuente Olé
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