Por Beto Tisinovich
¡Qué baile, señores! Los jugadores de Independiente nos
regalaron una victoria contra los vecinos jugando bárbaro. La tan promocionada
capital del fútbol le quedó chica a la actuación excelsa del Rojo. Toques,
rotación, esfuerzo, solidaridad y contundencia. Todos estos atributos decoraron
la fiesta futbolística del elenco que comanda Pellegrino. Humillaron al rival
que llegaba agrandado por ganarle a Gimnasia, sus amiguitos de la malaria. De
principio al fin, el equipo fue al frente como todos queremos. Se brindaron por
completo para minimizar al actual campeón del fútbol argentino (así está el
pobrecito). Lo pusieron de rodillas con un Méndez espectacular, con un Benítez
intratable y una defensa impasable. Sólo Albertengo desentonó pero suplió su
mala tarde metiendo. Los muchachos pasaron una prueba luego de la eliminación
de la CA, de una serie de partidos regulares y con la bronca de haber perdido
cuatro puntos (Estudiantes y Huracán) increíbles. Pero se notó que se venían
los de enfrente y los pasaron por arriba. Sin dejar duda para que no se agarren
del arbitraje por una nueva caída: Son seis al hilo Las Derrotas Acumuladas
(LDA) y cada una de ellas tiene un sabor especial. Más cuando vienen bardeando,
apoyados por varios opinólogos de medios nacionales, de que llegaban mejor y
que el CAI firmaba el empate. Por favor, está claro que no ven el historial.
Además, si uno repasa la historia (la verídica, no la del relato),
Independiente le ganó a Racing como club, empresa, agrupación política y ayer a
un programa infantil. Sí, no podés venir a jugar el clásico con la camiseta de
Bananas en Pijamas y con Noir como estrella. No es serio. Por eso La Capital
del fútbol busca socio para futuras conquistas. Porque no somos enemigos, somos
paternales.
Fuente Olé

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