Bufarini, autor del gol agónico en el 3-2 a Olimpia en la CL
84, afirma que ahora se da cuenta del valor que tuvo.
Independiente no puede con Olimpia. El 2-2 deja al Rojo casi
afuera de la Copa Libertadores. Los paraguayos se animan a ir a buscar en los
últimos corners.
Pero el equipo del Pato Pastoriza logra sacarla del área.
Sobre el sector de la cancha de la tribuna Cordero aparece Alejandro Barberón.
El reloj marca 43 minutos con 46 segundos. No hay tiempo. La Porota se las
arregla y sale entre tres rivales y cuando pisa el círculo central se la da a
Bochini. Pero el oriundo de Lobería todavía tiene resto y sigue corriendo.
El
Bocha lleva la pelota cambiando de pie y pone una filosa asistencia para el
zurdo delantero entre varias camisetas franjeadas. Y el 11 hace la lógica y
tira el centro para que Sergio Bufarini la empuje en el arco de la Doble
Visera.
Extasis. Gol y clasificación a las semifinales.
Se consumaba otra de
las grandes hazañas del Diablo, que luego conquistaría su séptima Copa
Libertadores en la final ante Gremio de Porto Alegre.
“Fue decisivo ese tanto, ya que después terminamos ganando
la Copa. Me acuerdo y todavía me emociono. Era un partido clave contra un
conjunto muy bueno como lo era Olimpia. Eran coperos, como Independiente, pero
pudimos superarlos en el último instante”.
Sergio Bufarini, a más 31 años de
ese grito, lo recuerda como si fuera ayer: “Fue una gran corrida de la Porota,
que además de velocidad tenía precisión. Yo seguí la jugada y, cuando el Bocha
la agarra, ya me palpitaba que podía ser gol. Así fue porque después Alejandro
me dejó solito frente a Almeyda y la metí sin problemas. Uno no se da cuenta en
ese momento lo que significa ese gol. Ahora, después de tantos años que han
pasado, puedo decir que cada día que pasa es más importante. Uno era pibe y lo
único que quería era ganar, pero te vas dando cuenta que empezás a quedar en la
historia gracias a ese equipazo que teníamos”, relata a sus 53 años, quien
llegó de La Carlota y hoy trabajando en Acción Social.
"Me acuerdo de ese gol y todavía me emociono",
expresó Bufarini.
Si bien en el 91 Olimpia eliminó al Diablo en la Supercopa,
no tuvo la trascendencia de aquel emocionante choque de siete años antes. “Ha
transcurrido mucho tiempo, está claro que quedó en la memoria de todos los
hinchas del Rojo. Y creo que ahora se pueden ilusionar con el equipo que tienen
y que de a poco se va consolidando, con una directiva que le dio un gran cambio
en todos los aspectos al club. ¡Que repitan el triunfo!”, expresó el héroe de
1984.
Fuente Olé
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