Mauricio Victorino, la figura del Rojo frente a Lanús, evitó
la caída al tapar con los testículos un remate de Román Martínez en el final,
pero luego sufrió molestias. El charrúa lucha por un lugar en la zaga y espera
superar a Olimpia.
A Victorino todavía le duele allá abajo...
Por Fabián Rodríguez
Donde más le duele al hombre. Justo en esa zona impactó el
remate de Román Martínez, de Lanús, en el minuto 44 del segundo tiempo. Era la
victoria granate o la jugada heroica para salvar a Independiente. Y se impuso
la garra charrúa de Mauricio Victorino para impedir la derrota en la Fortaleza.
El central de 32 años volvió a demostrar su jerarquía internacional, la misma
que exhibió durante el Mundial de Sudáfrica en 2010 y en Nacional, Universidad
de Chile y Cruzeiro, entre otros clubes. Un jugador hecho para equipos que
asumen el protagonismo principal porque tiene coraje, timing preciso al momento
de recuperar el balón y técnica con el balón. A pesar de sus cualidades y del
nivel sólido que evidencia cuando le toca jugar, debe esperar detrás de Hernán
Pellerano y Víctor Cuesta. Una situación que acepta sin resquemor, a través de
su perfil bajo, aunque cada vez que Pellegrino le concede minutos ofrece
argumentos para ganarse un lugar en el 11.
-¿Todavía te duele?
-Dolió bastante, aunque valió la pena. Se festejó como un gol, pero el dolor lo sentí yo solo, ja.
-¿Te pegó ahí?
-(Sonríe) De lleno...
-Describí cómo sucedió esa salvada agónica.
-Fue una jugada clara, con un jugador de frente al arco (Román Martínez). Yo traté de cruzarle todo el cuerpo y por suerte se pudo evitar el gol y cuidar el empate.
-¿Qué evaluación hacés de tu rendimiento?
-El equipo me hizo sentir muy cómodo porque está ordenado y trabaja colectivamente. Yo me encuentro en condiciones y si bien en el final me cansé, es normal por la falta de fútbol. Estoy listo para cuando me toque jugar.
-¿Te conforman estas participaciones?
-No, obviamente todos queremos estar en la Copa Sudamericana. Son partidos lindos, en instancias decisivas donde queremos participar. Por eso, debemos estar preparados para cuando el técnico decida que tenemos que jugar. Creo que los que venimos jugando poco o contamos con menos chances aprovechamos cuando nos tocó. Estamos a la orden para un equipo alternativo o para ser titulares. Trabajamos al 100% día a día.
-¿El muy buen nivel frente a Lanús te sirve para demostrar
que podés jugar en la Copa?
-Sí, no solo yo sino todos los compañeros que no venimos con continuidad. Hay que aprovechar estos minutos, pero sin pensar en demostrar individualmente, sino enfocarnos en el nivel colectivo.
-¿El empate se ajustó a lo acontecido?
-El primer tiempo manejamos más la pelota, se jugó en mayor parte en cancha de ellos. Nos faltó determinación para hacer la diferencia y con una pelota parada, que sabíamos que era el punto fuerte de Lanús, nos convirtieron. En el segundo reaccionamos y lo fuimos a buscar. A veces moviendo la pelota de un lado a otro y en otras desordenados. El equipo fue, quiso y buscó. Se consiguió el empate. Después se hizo un partido de ida y vuelta, estaba para cualquiera. El empate fue justo, pero por el juego merecimos más.
-El cambio de técnico trajo equilibrio defensivo, ¿por qué
sucedió?
-Mauricio trabaja mucho en el orden defensivo como equipo. Cuando no tenemos la pelota es fundamental estar bien parados. El plantel lo asumió bien, defiende mucho mejor y se ve más sólido. Uno cuando le toca observarlo de afuera nota que por ningún lado puede recibir goles. En todos estos partidos que hemos jugado se vió reflejado en los resultados. Muy pocas veces nos han hecho goles, se ha mantenido el cero en muchos partidos. Eso es gracias al trabajo en el día a día y semana tras semana. Estamos mentalizados en hacer las cosas bien y pelear los torneos. Nuestro próximo desafío es pasar a Olimpia.
-¿Qué les inculcó el DT?
-Tenemos un equipo ordenado. Creo que armó el equipo de atrás hacia adelante y se nota partido a partido, toque al que le toque jugar. El grupo demuestra que asimiló lo que quiere el cuerpo técnico y a lo que juega.
-Otra variante positiva fue la llegada de Cristian
Rodríguez, ¿cuánto les aportó?
-Cebolla influye mucho. Sabemos que es un jugador desequilibrante y diferente. Todos sabemos lo que significa y la carrera que hizo, también lo que contagia dentro de la cancha cada vez que toca la pelota. Es más, siempre buscó la pared o el toque hacia adelante. Tenemos que aprovecharlo y tratar de ayudarlo para que nos podamos potenciar.
-El cuarto charrúa del plantel, ¿se adaptó?
-Desde que llegó se sintió como si fuera su casa, que queda acá al lado. Eso para nosotros, que estamos afuera de Uruguay, es importante porque tenemos a la familia cerca.
Fuente Olé
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