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lunes, 14 de septiembre de 2015

El clásico lo ganó Pellegrino con su táctica: apostó todo a tirar la camiseta de Independiente a la cancha





Por Rodrigo Tamagni


Sería insuficiente hablar de estadísticas porque no alcanzarían los caracteres para marcar diferencias entre un equipo y otro, hoy y ayer. Como buen padre, debemos sentarnos a buscar soluciones para el hijo y sus temores. ¿Por qué hay pavor ante una camiseta roja? ¿qué espacio del cerebro genera el pánico al 'LDA'?

De clásico, sólo el resultado



Dicen que los números son irrebatibles. Una ciencia dura. Exacta. Pero si sacamos a relucir todas las estadísticas (diferencias de títulos, partidos entre sí, historial, ídolos) deberíamos llamar a Bill Gates para que nos habilite más caracteres porque no nos cabrían. Incluso si observamos minuciosamente la tan mentada era amateur, los datos nos siguen asegurando lo mismo que en el profesionalismo: 23 partidos de distancia. 11 años y medio de paternidad asegurada.



Entonces, como un buen líder de familia que intenta ayudar a su hijo debemos auxiliarlos para enfrentar sus temores. ¿Cuál es el motivo por el que ven una camiseta roja y comienzan a temblarles las piernas? ¿por qué se paralizan cuando visitan el 'Libertadores de América'? Milito hay un solo, es cierto: ahora dirige en Estudiantes. ¿Hay otro? ¿por qué no lo trajeron?



No quedaron dudas: Independiente hoy volvió a ganar un clásico con la camiseta. Este Independiente que venía de caminar la cancha contra Huracán. De ser una lágrima contra Lanús. El mismo equipo hoy pareció el Barcelona de Messi y compañía. Ojo, no se engañen, fue todo gracias al rival que hubo en cancha. Bueno, a decir verdad, "rival", porque sorprendió que el 'campeón del Cometa Halley' no hizo nada. No opuso resistencia a un equipo avasallante.



Méndez al mando. Ortiz jugando con excelencia. Benítez mostrando su potencial. Vera manejando los tiempos de la ofensiva. Toledo y Tagliafico ganando las batallas por las bandas y convirtiéndose en herramienta de ataque. La solidez de Pellerano y Cuesta. La acertada presencia de Trejo. Un excelente planteo de Pellegrino. No hubo a quién reprocharle nada. Más allá del buen nivel, el equipo mostró personalidad. La necesaria para atropellarlos.



No le dieron respiro: desde el primer minuto hicieron pesar los 14 años sin perder en nuestra casa, los 11 años sin caer en condición de local, los –ahora– 6 triunfos consecutivos desde que se inauguró el 'LDA'. En este tipo de partidos no quedan explicaciones ni búsquedas de estilos. Lo que cuenta es el temperamento e Independiente lo tuvo. Fin de la cuestión. Clásico ya es el resultado.




Fuente Play Fútbol

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