Por Cristian Fernández
Independiente jugó con mayoría de suplentes frente a Chicago
y recién en el último minuto pudo conseguir la victoria y 3 puntos
fundamentales para ingresar a la Liguilla Pre-Libertadores. Juan Martín Lucero
en la primera etapa y el Cebolla Rodríguez con un hermoso cabezazo se
convirtieron en los artífices de los goles para la victoria por 2 a 1.
No fue un buen partido del Rojo. Es más, por momentos, Nueva
Chicago lució mejor, manejó con mayor criterio la pelota y los espacios y contó
con las chances más claras. Los de Mauricio Pellegrino se parecieron más a los
que enfrentaron a Arsenal y no a los que golearon en el clásico de Avellaneda.
Y eso que de arranque, a los 13 minutos ya estaba arriba en
el marcador. La pelota se movió de derecha a izquierda. Cayó en los pies del
Cebolla que la transportó y generó una pared con Emiliano Papa que le permitió
al uruguayo quedar dentro del área para rematar. Pero no le dio de lleno y le
salió un pase para Juan Martín Lucero que sólo la tuvo que empujar a la red.
Grito de gol y tranquilidad en el hincha del Rojo que se
preparó para un triunfo casi seguro. Sin embargo, el equipo se quedó y todo se
complicó. Chicago creció, Independiente perdió el rumbo y el visitante logró
algo que mereció, el empate transitorio. Iban 25 minutos de la etapa inicial,
cuando Gimenez recibió un pase de cabeza a la puerta del área y le dio un
derechazo seco que venció a Diego Rodríguez y le dio la igualdad a los de
Mataderos.
De ahí hasta la mitad del segundo tiempo, se vio lo que
Chicago fue a buscar. Aferrarse al empate, dilatar el juego deteniendo las
acciones ante cada posibilidad, cerrar los espacios, jugar con la desesperación
de Independiente y apostar a alguna contra para dañar aún más. Y las tuvo, pero
su ineficacia le impidió quedarse con algo más.
Y mientras Pellegrino metía mano, cada vez que el Cebolla
agarraba la pelota la gente se encendía y el equipo parecía hallar los caminos.
No obstante, el rendimiento no era bueno y salvo excepciones, el Rojo no se
salvaba ni con una individualidad. ¿O sí?
A los 44 minutos del complemento Matías Pisano fue a
realizar el tiro de esquina. Su centro fue al primer palo y hacia allá fue
Rodríguez en busca de la pelota. El Cebolla le ganó a todos y colocó con su
cabeza los tres puntos en el vestuario local. La gente explotó, gritó el gol y
comenzó el delirio que culminó con una ovación para el uruguayo.
Con el triunfo consumado, la gente se acordó de lo que se
viene. Gritó por la Copa Sudamericana, se adelantó al clásico con River y se
acordó de los vecinos. Y si bien el equipo no jugó bien y por momentos
preocupó, la gente se fue festejando por una nueva victoria.
Fuente Infierno Rojo
Nota de rrrojo: Esta nota será actualizada apenas IR la
complete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.