En la previa, Benítez intuyó que éste iba a ser su clásico y
no falló. “Pude cumplir uno de mis sueños”, expresó tras su gol y la victoria.
“No puedo creer lo
que me tocó vivir”, contó el punta.
Por Favio Verona
A las 18 me imagino festejando con mis compañeros y con toda
la gente”. Las palabras de Martín Benítez delataron la confianza que lo invadía
en las horas previas al derby. El misionero de 21 años nunca titubeó y hasta se
había atrevido a reconocer que el partido le llegaba en el mejor momento de su
carrera. Admitió que le costó apoyar la cabeza sobre la almohada durante toda
la semana, pero eso no le impidió dar rienda suelta a sus anhelos. “Desde las
Inferiores sueño con meterle un gol a Racing”, había reconocido en diálogo con
Olé . El sabía que este partido iba a dejar una marca indeleble. Y así fue:
empujó un centro de Gustavo Toledo para abrirle las puertas a un abultado
triunfo. “Yo les había avisado que este iba a ser un gran día. Todavía no puedo
creer lo que me tocó vivir, es el primer clásico de Avellaneda que pude jugar
en el Libertadores de América y gracias a Dios pude convertir. La alegría que
siento en este momento es inmensa, pude cumplir uno de los sueños que tenía
desde que llegué al club. Estos partidos quedan en la memoria”, comentó el
delantero.
Fuente video YouTube
Con seis goles en 12 partidos, Benítez se erigió como el
jugador más determinante del ciclo de Mauricio Pellegrino. “Voy a cambiar
murmullos por aplausos”, había prometido el punta a principios de abril. Ayer
dio un gran paso y los hinchas le ofrendaron la ovación más importante de su
vida.
“En estos momentos se me viene toda mi carrera a la cabeza.
Recuerdo cuando llegué al club siendo un pibito, mi debut en Primera y los
momentos difíciles que atravesé. Apenas comenzó el año me propuse cambiar y lo
estoy logrando”, remarcó. Y dio vuelta la página, ya que el miércoles deberá
afrontar otro compromiso vital para las aspiraciones del Rojo:
“Ahora queremos ganarle a Arsenal y seguir con vida en la
Copa”.
Fuente Olé

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