Pellegrino confesó que pensó en sacar a Cebolla y reconoció
que Chicago los complicó mucho: “Sabía que sería más difícil de lo que todos se
imaginaban”.
Pellegrino fue autocrítico con los suyos.
Por Fabián Rodríguez
Tomó agua y el trago le quedó atascado en la garganta a
Mauricio Pellegrino. El derechazo de Giménez ya había besado la red cuando el
técnico disparó su bronca revoleando una botella que se estrelló en el banco de
suplentes. La imagen resume las sensaciones que le dejó el partido al técnico a
pesar de que el epílogo le tenía reservado un festejo agónico. “No sé si el
triunfo fue merecido, pero valoro el empuje que tuvieron los jugadores. En el
ida y vuelta que se dio durante la etapa final tuvimos nuestro premio”, expresó
el entrenador. Y continuó profundizando su análisis: “Sabíamos que el partido
iba a ser más difícil de lo que todos se imaginaban. Felicito a Chicago, porque
nos han complicado mucho en algunos pasajes del encuentro. Sobre el final
decidí partir al equipo, con cinco hombres arriba y cinco abajo. Nos salió bien”.
“Sabíamos que el partido iba a ser más difícil de lo que
todos se imaginaban. Felicito a Chicago", dijo Longaniza.
Podría haber optado por respetar lo planificado y sacar a
Cebolla Rodríguez cuando promediaban 23 minutos del segundo tiempo, pero Longaniza
decidió consultarle al uruguayo en qué condiciones estaba. Y la pregunta fue
crucial para que se consumara un desenlace favorable. “No voy a mentir, pensé
en sacarlo antes de los 90 minutos porque hasta el momento no había completado
ningún partido y no sabíamos cómo iba a responder. No iba a seguir, pero me
pidió continuar, lo dejamos y por suerte se le dio. Participó en la jugada del
primer gol y después marcó el segundo, redondeó una muy buena actuación”,
confesó. Si bien Lucas Albertengo, quien venía de convertir ante Arsenal, no
tuvo un buen rendimiento, el técnico lo bancó. “Lo vamos a recuperar, confío en
él”, aseguró. Y respiró: “Se nos viene una seguidilla muy importante y este
triunfo es clave para afrontarla con tranquilidad”.
Fuente Olé
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