Claudio Vivas, flamante coordinador general de las Inferiores
del Rojo, contó los problemas con los que se encontró.
“Mi metodología de trabajo es bastante autoritaria”,
reconoció el formador.
Por Fabian Rodriguez y Favio Verona
Claudio Vivas prácticamente no tiene tiempo ni para ir al
baño. Hace una semana que corre maratones diarias por los predios que el Rojo
tiene en Domínico y Wilde. Entre las pruebas de jugadores, los entrenamientos
que debe supervisar, las evaluaciones de futbolistas y las charlas con los
cuerpos técnicos del fútbol Infantil y Juvenil de Independiente, cada minuto
cotiza en bolsa para el hombre de 48 años. Así de comprometido lo encontró Olé
con su nuevo rol de coordinador de las Inferiores.
-¿Con qué panorama te encontraste?
-Estoy preocupado por el nivel futbolístico de las
categorías más grandes. Son esas las Divisiones en las que me van a exigir en
la inmediatez y no va a ser tan fácil. Salvo que tenga la suerte de acertar con
dos o tres jugadores, como le pasó a Griffa con Barco. En Octava y Novena hay
un porvenir importante. Y se está trabajando bien en el fútbol Infantil.
-¿Cuáles son las falencias que notaste en las categorías
mayores?
-Hay jugadores que no saben recibir una pelota. Y eso me
preocupa. El fútbol demanda decisiones cada vez más rápidas y si tenés
problemas para recibir o perfilarte perdés un tiempo que puede ser crucial.
-¿Qué va a pasar con los técnicos que están trabajando
actualmente?
-Proximamente voy a charlar con ellos para ver si pueden
adaptarse a mi metodología, que es bastante autoritaria. Y en diciembre
presentaré la nueva estructura, para que cada uno sepa si va a seguir o no.
-¿A qué te referís con eso de que tu método es autoritario?
-Vamos a trabajar sobre tres sistemas: 3-4-1-2, 4-3-3 y
4-3-1-2. Y la semana se dividirá en jornadas para trabajar la técnica
individual, hacer ejercicios específicos de cada puesto, perfeccionar el
funcionamiento colectivo y recrear jugadas de pelota parada. Si alguien no está
dispuesto a aplicar la metodología será imposible que trabajemos juntos. No
vamos a privilegiar los resultados por sobre la formación, pero debemos mejorar
la ubicación en la tabla general mediante una idea acorde a la historia del
club.
-¿Qué es lo que vas a cambiar?
-Cuando llegué todos pensaban que iba a echar a todo el
mundo para traer a 30 tipos. Pero no va a ser así. Vine con seis personas y voy
a ir evaluando a los que están. Con mi cuerpo técnico les diremos qué sistemas
utilizar, les entregaremos carpetas con la metodología y habrá un departamento
de audiovisuales. La idea es armar una base de datos de cada jugador sobre su
historial de lesiones, partidos jugados y evolución del nivel de cada
futbolista. Debemos tener argumentos para no fallar a la hora de cortar
contratos. También se les indicará a los técnicos cómo armar las charlas
técnicas y se les darán pautas para hacer animaciones para los ejercicios o
cortar jugadas. Es una logística que parece de la NASA, pero nos va a dar
prolijidad.
-¿Por qué desde hace años al club le cuesta sacar jugadores
en determinados puestos?
-En el fútbol argentino surgen cada vez menos volantes de
contención, la figura del 10 ya casi no existe.
-¿Es imposible fabricar un enganche?
-Los volantes ofensivos y los organizadores tienen
condiciones innatas. Pero a veces son los entrenadores los responsables de que
se pierdan jugadores que saben meter pases entre líneas. Muchos cometen el
error de poner al 10 por los costados o de obligarlo a hacer un recorrido de 70
metros. Y así se los va perdiendo.
-Independiente tiene pocos jugadores de Inferiores en
Primera. ¿Cuántos querés que haya cuando culmine tu proyecto?
-Hay que empezar a promover futbolistas para que el club se
capitalice. Espero que sean muchos. Cuando trabajé en Estudiantes debutaban
tres o cuatro por año. Y lo siguen haciendo, porque Ascacibar y Tití Rodríguez
fueron parte de nuestro proceso. Para venir acá descarté una propuesta de
Gimnasia y otra de un club grande. Tengo contrato por 18 meses, pero ojalá se
termine extendiendo a cuatro o cinco años para lograr los objetivos. Por suerte
Milito es un técnico que mira hacia abajo.
-¿Cómo van a hacer para contener a los jóvenes ante tanta
expectativa material de los representantes y familiares?
-El tema es que vienen cada vez peor en muchos aspectos. Se
debe trabajar con atención psicológica e incluso asistentes sociales. Todos
piensan que manejan fenómenos y eso afecta a la cabeza de los chicos. Si un
pibe la rompe en Novena, no quiere decir que vaya a ser una figura.
Intentaremos trabajar en conjunto con los representantes para que colaboren en
vez de entorpecer.
Fuente Olé
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