Por Nahuel Undabarrena
Fernando Langenauer, coordinador general de la pensión de
Independiente, habló en exclusiva con Orgullo Rojo y enfatizó en que el trabajo
del personal de la misma tiene tres pilares fundamentales para procurar lo
mejor para el futbolista; el apoyo psicológico, la educación y la logística.
El coordinador aseguró que, actualmente, son 61 los chicos a
los que hospeda el club; la mayoría de ellos por razones de distancia, y unos
pocos por vivir en zonas aledañas a Florencio Varela, por ejemplo, y
encontrarse en una situación de muy bajos recursos pese a la cercanía al predio
de Villa Domínico. La mencionada pensión cuenta con prestaciones tales como
habitaciones con buenas camas y colchones, televisión con cable, aire
acondicionado frío-calor, muebles exclusivos para los botines, habitaciones
destinadas únicamente para jugadores a prueba, un comedor excelente con una
amplia cocina completamente refaccionada (al igual que los pisos, los techos y
la instalación eléctrica de toda la edificación), vestuarios nuevos y una sala
de estudio, la cual es utilizada por los jugadores todas las tardes, y cuenta
con apoyo escolar tres veces por semana.
Además, Langenauer remarcó la importancia de la educación:
“Antes nadie los acompañaba al colegio, entonces los futbolistas se bajaban en
la esquina y se iban a la plaza; en junio estaban todos libres y ninguno iba a
la escuela. Por eso, Hernán Burdino (profe y miembro del equipo de trabajo de
la pensión) viene desde Merlo para acompañar a los chicos. Ahora, todos van al
colegio y futbolista que repite no puede quedarse en la pensión”. El ex
coordinador de la pensión de Vélez concluyó: “Nosotros tenemos que formar
personas. Tenemos que preparar a los chicos para la vida”, para ilustrar esto,
ejemplificó con la promesa del Rojo surgida de las inferiores: “Cuando Ezequiel
Barco llegó era un chachivache absoluto. Pasó de año y ha mejorado sus hábitos
notablemente. Mejoró mucho la cabeza y eso lo ayudó en la cancha. Un chico que
se forma bien, puede resolver las situaciones que se le presentan en el campo
de juego con otra cabeza”.
A su vez, le otorgó notable importancia al trabajo de
contención que, indudablemente, necesitan los futbolistas: “El mundo de pensión
es muy depresivo, es muy duro vivir en un lugar como este, a las 17.15 de la
tarde en el predio no queda nadie como para que el jugador tenga actividad
humana”, a lo que agregó que debido a eso, y al desarraigo al que se somenten
los chicos, es primordial que haya siempre algún miembro del equipo de coordinación
disponible las 24 horas.
Fuente Orgullo
Rojo
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