Hugo Moyano, Juan Sebastián Verón y Daniel Angelici, algunos
de los referentes de esta nueva Superliga. / Cedoc PERFIL
Los clubes de primera firmaron la fundación del nuevo
formato, pero a la asamblea no asistió la B Nacional, que lo llama
“superquiebra”.
Por Agustín Colombo
Los anuncios en esta AFA se desvanecen en menos de 24 horas.
Lo que el jueves era una noticia, el viernes se convirtió en una noticia a
medias: porque ayer la Superliga avanzó en su creación, es cierto, pero a la
asamblea inaugural no asistió el Ascenso. Si la criatura está naciendo, como
graficó el presidente de Racing, Víctor Blanco, el parto fue propio de estos
tiempos de crisis: faltaron 23 clubes a los que, ahora, una comisión intentará
convencer para que se sumen. Eso es lo que se necesita para homologar esta
nueva etapa del fútbol argentino. “Sin el Ascenso es imposible”, reconoció el
vice de Lanús, Luis María Chebel, uno de los hombres que colaboró en la
estructura legal del nuevo organismo.
Ya desde la mañana de ayer, el que se había puesto en la trinchera
de los clubes de la Primera B Nacional fue Daniel Ferreiro, vicepresidente de
Nueva Chicago y uno de los hombres fuertes de Ascenso Unido. “Los grandes la
llaman Superliga, pero en la B Nacional la llamamos Superquiebra. No tenemos
voz ni votos, y nos ofrecen menos de lo que nos dan ahora por los derechos de
TV. Nunca vamos a firmar en contra de nuestros clubes”, le dijo a este diario
Ferreiro, que después cruzó por Twitter al titular de Boca, Daniel Angelici:
“Daniel, a toda la B Nacional que ninguneás desde siempre, que querés que no
tenga derechos, no la esperes esta tarde… somos muchos”, le advirtió.
A la tarde, en una conferencia de prensa improvisada, luego
de que 27 de los treinta clubes de Primera firmaran el acta de fundación de la
Superliga, los principales dirigentes del fútbol argentino celebraron el
avance, aunque remarcaron en todo momento que ahora deberán llegar a un acuerdo
con los otros clubes, los que dejaron las sillas vacías en el edificio de
Viamonte 1366. Las tres instituciones ausentes de la máxima categoría fueron
Rosario Central, que pretende una mejor ubicación en el reparto del dinero de
la TV; Temperley, sumergido en una parcial acefalía tras la renuncia de su
presidente Hernán Lewin; y Gimnasia y Esgrima La Plata.
“Hay que perder los miedos también. Se venía de un régimen
desde hace 35 años. Y con este régimen, cada vez éramos más pobres”, dijo
Víctor Blanco al final de la reunión. “La Superliga tiene estatuto y tiene
comisión directiva. Ahora debemos esperar un poquito a la B Nacional y ponernos
a trabajar ya, sobre todo en lo económico: lo inmediato es el contrato de
televisión”, describió el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio.
Angelici se refirió al dardo que le había dirigido Ferreiro,
y continuó con el discurso que pone a los grandes por sobre el resto. “No lo
veo como una batalla. Siento que tenemos la obligación, primero los grandes y
luego los otros, de sacar al fútbol argentino de esta crisis en la que lo
metimos”, subrayó.
Hugo Moyano, que siempre se había mostrado cercano a su
yerno, Claudio Chiqui Tapia, incluso en el asado que organizó en Barracas
Central el último jueves, sorprendió al hablar de las bondades de un proyecto
al que había cuestionado en sus orígenes. “Costó llegar a este momento, pero a
lo difícil se le da más valor. Esto no es mejorar las condiciones de grandes y
chicos, sino de todo el fútbol argentino”, declaró el presidente de
Independiente.
La comisión directiva de la Superliga aún no está definida.
Pero la ubicación de lo que fue la asamblea bautismal pudo dar algunos
indicios: en el frente de la sala, casi como comandando la reunión, estuvieron
Angelici, D’Onofrio, Moyano, Blanco y el titular de Estudiantes, Juan Sebastián
Verón. Justamente, Verón es uno de los posibles presidentes de esta Superliga,
que por el momento tiene como miembros provisorios a Marcelo Deluca
(Estudiantes, presidente), Gonzalo Mayo (River, tesorero) y Mariano Clariá
(Boca, secretario).
Si bien estará dentro de la órbita de la AFA, este nuevo
organismo tendrá una personería jurídica propia, sus oficinas no estarán en
Viamonte 1366 y podrá negociar por su cuenta los derechos televisivos. Pero
para eso necesita el aval de los clubes de la Primera B Nacional. “Este es un
paso muy importante para todos, no sólo para los clubes grandes. La Superliga
nació y es inexorable, y esperamos el acuerdo de la B Nacional porque acá nadie
se quiere comer a nadie”, aseguró Verón. El tiempo dirá si el nacimiento es el
principio de una vida larga. O si todo queda en la nada.
Fuente Perfil Cuatro Cuatro Dos
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