Jesús Méndez, figura y autor de un golazo contra Racing,
reveló que le pidió ese deseo a su hermano mayor, quien se suicidó a principios
de año.
Por Fabián Rodríguez
Jesús renace día a día. Se aferra a la pelota para superar
la ausencia de su hermano mayor, Paulo Daniel, quien se suicidó el 29 de enero.
A través del fútbol canaliza el dolor y, a la vez, lo utiliza como un punto de
reencuentro. Durante la semana previa al clásico ante Racing, el subconsciente
lo unió con ese gran amigo que portaba la misma sangre. Y allí surgió el deseo
de convertir un gol. Por esa razón, se quebró tras el golazo de tiro libre en
el clásico. Fueron lágrimas de desahogo, de emoción y repletas de pasión. El
trance es duro y sufre altibajos propios de la situación, pero Méndez está
ganando el partido.
-¿Disfrutás del fútbol?
-Sí, a veces cuesta, pero hay que seguir. Si estoy acá por
algo será. Siempre con la esperanza de darle para adelante y pelearle a la
vida. Extraño mucho a mi hermano y uno se bajonea porque tengo a mis papás y a
mis hermanos lejos, en Mendoza. Yo sigo peleando día a día y estoy seguro que
ellos también lo hacen. Es una prueba durísima que nos ha puesto Dios y hay que
superarla.
-¿Pensás en Paulo?
-Sí, durante esta semana soñé bastante con mi hermano y le
pedí que nos salieran bien las cosas, que ganáramos y meter un gol como los que
hacía él.
-¿De qué jugaba?
-Era un centrodelantero grandote, rápido, jugaba bien con
las dos piernas y cabeceaba muy bien. Mi papá lo trajo de joven a jugar a
Buenos Aires, pero él decidió volverse a Mendoza porque extrañaba. Siempre
recuerdo que era un gran jugador y en Mendoza lo tienen muy presente. Era
totalmente distinto a mí. Yo soy más rústico y él muy hábil. Gracias a Dios
pude hacer un lindo gol y me acordé de él, de mis padres y mis hermanos.
-¿En qué influyó Pellegrino en tu presente?
-Tiene mucha importancia en lo personal y lo anímico.
Siempre me está apoyando y hablando, al igual que mis compañeros. Todos me
conocen, saben cuando tengo mis bajones, como todas las personas. Quizás es la
angustia por lo que me tocó pasar. Los chicos me dan su cariño y me dicen que
siga adelante. A mí me sirve mucho para no bajar los brazos.
-¿Contra Racing fue tu mejor partido?
-Sí, Me sentí muy bien, tanto en lo personal como en lo
grupal. Siempre lo voy a recordar porque fue especial y muy emocionante. Igual,
la figura fue Ortiz.
-¿El tiro libre salió mejor de lo que pensabas?
-Tenía muchas ganas que en algún partido me quedara uno. En
Central trabajaba casi siempre la pelota parada. Yo quería ejecutar el que
pateó el Ruso. Por suerte, me quedó el siguiente. Veníamos hablando con
Cavallero de que rematara al palo del arquero cuando tuviera la posibilidad.
Entró y fue un lindo gol. Una gran emoción para todos.
Fuente video YouTube
-¿Qué te dijo Cavallero en el vestuario?
-Siempre nos quedamos a patear tiros libres y nos sugiere a
donde hacerlo para complicar a los arqueros. Yo le hice caso al consejo que me
dio, cuando agarré la pelota me acordé que él me había dicho que tenía que
patear al palo del arquero y fue gol.
-Diego Rodríguez contó que lo insultaste, ¿qué pasó cuando
pateó?
-Con el Ruso siempre nos puteamos, ja. Tenemos nuestra
personalidad. La verdad que me sorprendió que viniera. Está bueno que los
jugadores tomen decisiones, a pesar de que las cosas salgan bien o mal. Nos
insultamos, me pidió patear y lo dejé.
-¿Quién pateará cuando vuelva Mancu? Ojo que también está el
Ruso...
-Al Ruso lo mandamos para atrás, ja. Y nadie va a discutir
lo que significa Mancu y la pegada que tiene. Siempre hay que ser respetuoso y
saber ponerse en el lugar que corresponde. Mancu es un gran ejecutor de pelota
parada y va a seguir.
-A fin de año decidirás si seguís, ¿influye el cariño de la
gente y el plantel?
-Hay un gran grupo humano. La dirigencia, el cuerpo técnico,
los empleados y los hinchas me tratan muy bien y confiaron en mí. Ganar me
ayuda en lo emocional y lo anímico, por la situación que he pasado. Es muy
importante. En diciembre veré qué decido, todavía falta mucho. Hoy sólo pienso
en el partido contra Arsenal.
-¿Cuánto precisaban ganar de esta manera?
-Mucho, por nosotros y los hinchas. Estoy contento porque
fue un fin de semana muy lindo. Necesitábamos ganar porque en el semestre
pasado habíamos perdido el clásico en su cancha y había que devolverle un buen
triunfo y un buen fútbol a la gente.
-¿Se imaginaron un triunfo tan amplio?
-Los clásicos siempre son partidos cerrados. Arrancamos
bien, hicimos el gol y con la expulsión de ellos quedaron espacios y supimos
aprovecharlos. Nosotros jugamos de la manera histórica que está acostumbrado
Independiente.
Fuente Olé

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