Por Pablo Cavallero.
Entrenador de arqueros
Con Jesús hablé en el vestuario y le aconsejé que le pegara
a ese palo porque si el arquero da un paso para adentro le cuesta volver y,
generalmente, es gol. Y por esas cosas que tiene Dios lo iluminó en ese momento
y pudo convertir.
Me pone contento porque es un tipo que despliega muchísima
energía. Este consejo que le di se debe a mi experiencia de haber atajado.
Siempre trato de transmitirle a los jugadores lo que incomoda al arquero y que
al agarrar la pelota para patear deben estar atentos a muchos detalles. Por
eso, durante las prácticas trato de hacer la escenografía lo más conveniente y
parecida a la realidad.
Tengo una anécdota similar en la Copa América 2004.
Carlitos
Tevez le había hecho un gol de tiro libre a Perú en el que la pelota pasó por
arriba de la barrera. Entonces, en el viaje para enfrentar a Colombia por las
semi, le sugerí que en caso que tuviera la chance le pegara al palo del arquero
porque Henao, habitualmente, salía corriendo detrás de la barrera. No hacía
falta fuerza, sino dirección. En el partido se presentó la chance, Carlitos le
pegó, al arquero lo agarró yendo hacia el otro palo y fue gol.
Fuente Olé

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