Por Denis Fabricatore
Por la fecha 8 de
la Liga Profesional, Independiente perdió 1-0 ante Independiente Rivadavia en
Mendoza y profundizó su crisis. Apenas un partido ganado de ocho.
Tras la leve
mejoría ante Barracas Central, Julio Vaccari había pateado el tablero para
jugar en Mendoza. Salió a la cancha sin Damián Pérez, Lucas González ni Gabriel
Ávalos y les dio la chance a Adrián Spörle, Santiago Hidalgo y Alexis Canelo.
El juego no apareció. Por el contrario, el nivel general fue peor que en los
dos partidos anteriores de este ciclo.
El partido había
arrancado con mucho vértigo y una llegada para cada lado. La Lepra mendocina
avisó con un centro pasado que por poco no pudo conectar Ezequiel Ham. El Rojo
respondió con un desborde de Hidalgo que Santiago López no logró puntear.
Después de ese
comienzo prometedor, el partido se hizo más luchado que jugado. Los de
Avellaneda quedaron mal parados más de una vez, con un mediocampo que no podía
agarrar la pelota, y eso hizo crecer al local. El desajuste defensivo de
Independiente quedó en evidencia a los 20 minutos: tras un córner mal ejecutado
por Alex Luna, sólo dos pases le alcanzaron a los mendocinos para dejar mano a
mano a Sebastián Villa, quien definió mano a mano con Rodrigo Rey.
Todo se le hizo
cuesta arriba al Rojo, que no generaba nada con el empate y mucho menos lo hizo
después del gol. Recién sobre el final hubo una reacción, cuando Canelo
convirtió tras un pase de Spörle, pero estaba en offside.
En el comienzo
del complemento hubo otra tibia respuesta, con un centro de Spörle que no pudo
cabecear bien Hidalgo. Pero fue una jugada aislada. Por varios minutos no
volvió a generar peligro, aún con Ávalos en cancha (entró por Hidalgo). Un
remate muy alto de Iván Marcone, un centro de Spörle que casi se le mete al
arquero y no mucho más.
Vaccari tuvo que
meter mano nuevamente en el equipo y mandó a la cancha a Santiago Toloza, Diego
Tarzia y Johnny Quiñónez. Salieron Luna, Martínez y Santi López. La ecuación no
cambió.
Para colmo, si el
panorama pintaba feo, se complicó todavía más con la insólita expulsión de
Spörle por doble amarilla. Independiente se quedaba con 10 y perdía al único
jugador que al menos tiraba algún centro (la vara ya estaba bajísima).
Sobre el final,
un error de Joaquín Laso casi le regala el gol a Mauricio Asenjo. El pitazo
final de Ramírez le puso fin a una actuación decepcionante de Independiente,
que sigue sin levantar cabeza.
Apenas 1 triunfo
en 8 partidos y sólo 7 puntos de 24, son los números de una campaña pésima del
Rojo y un muy mal comienzo de ciclo para Vaccari, que por ahora no le encuentra
la vuelta y sigue esperando que se habiliten los refuerzos. Ahora se viene San
Lorenzo, el primer rival de una seguidilla muy complicada.
Fuente LxR
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.