Foto: FotoBAIRES
Por Christian Leblebidjian
Hay varias formas de explicar porqué Independiente goleó a
Racing 3-0. Una de ellas es apoyarse entre lo que pensó Diego Cocca para
neutralizar (y contraatacar) al local y cómo reaccionó Mauricio Pellegrino ante
eso. Porque el resultado habla de una diferencia holgada, pero eso se dio sobre
el final. Antes hubo un partido en donde detalles terminaron siendo decisivos.
Casi todo giró en torno a Martín Benítez, quien una vez más terminó como
figura.
Racing sorprendió al salir con el sistema 4-3-3, con Noir como
extremo izquierdo, delante de un medio con Cerro, Aued y Acuña y acompañando a
Bou y Milito arriba. El plan de Cocca fue intentar darle dos preocupaciones al
tándem derecho de Independiente, compuesto por Toledo y Benítez dentro del
4-4-2. ¿Por qué necesitaba Cocca generarle un dolor de cabeza extra a Benítez?
Porque la gran diferencia en este muy buen torneo Benítez la hace cuando
aparece por el centro, como un "falso 10". Desde allí sale lo mejor
del punta, ya sea para resolver él gambeteando y rematando (goles a Olimpo y
Defensa y Justicia), o asistiendo, como había hecho con Lucero en el último gol
ante Huracán. Con Noir picándole a su espalda, Cocca quería que Benítez no se
corra de la derecha, donde gravita menos o -si se descuidaba-, atacarle ese espacio.
En la pulseada de quién marca a quién, fueron Noir y Acuña quienes más tuvieron
corriendo desde atrás a Benítez. Pellegrino no se inmutó y le siguió pidiendo a
Benítez que, cuando Independiente generaba superioridad numérica por la
izquierda, él igual aparezca por el medio. Por ahí no sólo generó infracciones
sino que surgió para definir en el 1-0 tras un centro de Toledo al punto penal.
Fue la primera vez que el tándem izquierdo de Racing falló en la contención del
derecho de Independiente.
Dos minutos después, la tonta expulsión de Acuña (le
devolvió un codazo a Méndez) terminó por facilitarle las cosas a Independiente.
Cocca no se resignó y, en el entretiempo, puso a Camacho por Gastón Díaz,
pasando a jugar 3-4-2 con tres el fondo (Lollo, Sánchez y Grimi, que actuó en
esa posición con Almirón en Godoy Cruz). Pero cuando Pellegrino vio a Noir de
carrilero por la derecha, antes que comience el segundo tiempo, enrocó a
Benítez con Trejo, para que la figura de la cancha siga encarando el sector sin
un lateral definido.
En esa pulseada también ganó Benítez, con espacios para
encarar y rematar desde afuera. En uno de sus intentos la pelota dio en el
travesaño. Y el local ganó con el ingreso de Lucero por un Albertengo que no
paró de caerse y trastabillar. Racing tuvo su momento con un par de
aproximaciones generadas por Milito, pero los cambios de Cocca terminaron
siendo un exceso para el contexto de la Academia. De una falta de Lollo a
Benítez (acelerando como falso 10) llegó el golazo de tiro libre de Méndez al
palo del arquero, como le gusta patear a Jesús. Y el broche llegó con una
palomita de Vera tras un centro de Ortíz. Un premio para el delantero uruguayo,
que resuelve todo bien desde lo conceptual, y para Pellegrino, que reaccionó a
tiempo (y bien) ante cada movida de Cocca.
Fuente Cancha Llena


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