El Rojo se encarriló tras haber sido eliminado en la Copa
Argentina; en el primer partido de Milito como DT en el Libertadores de
América, venció a Godoy Cruz por 2-0
Por Jonathan Wiktor
Gabriel Milito y un comienzo de torneo soñado. Foto:
FotoBAIRES
Gabriel Milito , hijo pródigo del club, tenía anoche los
ojos estrábicos cuando pisó por primera vez como DT de Independiente el mismo
césped que besó en su despedida como futbolista. Lo había hecho con la reserva
y lo había efectuado, también, el domingo 30 de agosto del año pasado, cuando
dirigía a Estudiantes, en un partido que terminó 1 a 1, pero no había
comparación con lo que le ocurría esta vez. Luego de tres partidos en el semestre,
los tres afuera de su cancha, tenía en ese instante el bautismo en su casa, el
primer roce directo con su público. Poco menos de dos horas más tarde, en el
mismo escenario, ante su gente, el Mariscal elegiría la mesura para celebrar el
triunfo 2 a 0 sobre Godoy Cruz, su tercera victoria consecutiva.
En el medio, una ovación para recibirlo en casa. Por
supuesto, Milito agradeció las ruidosas muestras de afecto en el estadio
Libertadores de América: "Este día va a ser inolvidable para mí, tuve una
sensación muy agradable. Fue emocionante", dijo. El DT amplió sobre el
clima que generó al triunfo: Ver al hincha contento con el resultado y el
rendimiento del equipo nos pone contentos". Y también, habló sobre una de
las figuras de la noche, Ezequiel Barco, el joven de 17 años: "Lo
importante es que ayudemos a Barco. Es el comienzo de algo importante que
seguramente le tocará vivir en su carrera".
Convencido de intentar ser "un mismo equipo con una
misma idea", el Mariscal habló sobre el partido ante Lanús, por la vuelta
de la segunda fase de la Copa Sudamericana: "La eliminatoria no está
cerrada (su equipo ganó en la ida por 2-0). Tenemos enfrente al mejor equipo
del país".
Fuente Cancha Llena
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