Por Beto Tisinovich
Por tercera vez en siete días, sólo sumamos de a uno cuando
merecíamos dos puntos más. Quilmes, Chapecoense y Tigre nos dejaron hacer el
desgaste y pagamos caro las situaciones desaprovechadas. Lástima, porque el
miércoles se viene una brava y si volvés a perdonar la Sudamericana será parte
del pasado. Gabriel Milito, como contra el Cervecero, sorprendió con el 11.
El
sábado anterior mechó de lo lindo, y anoche metió casi toda la carne al asador.
Sólo descansaron Figal y el Torito Rodríguez del equipo de la ida contra los brasileños.
Claro, habrá
que ver que tiene en la cabeza para el miércoles, pero seguramente casi todos
los que jugaron anoche serán parte del viaje.
Decíamos que fue una lástima
haber dejado otra vez dos porotos frente un rival que aprovechó de nuestros
errores para llegar claro hasta Campaña. La prueba es el gol. Mal pase del
cebolla, con casi todos sus compañeros en campo rival, corrida de Rincón y Luna
la metió de chiripa.
Este es uno de los grandes déficits de nuestros muchachos:
no saben en qué momento y en qué lugar de la cancha hay que arriesgar. Esa debe
ser una preocupación mayúscula del cuerpo técnico. Porque el Matador no nos dio
la estocada final de buenos que son, digamos. Con el equipo desplegado hay
que saber en qué zona se puede hacer una demás o tirar un chiche. Porque cuando
los otros salen de contraataque tienen el espacio total para llegarte con
facilidad. Lo bueno es que el equipo se repuso, empató y debió haber triunfado.
Da bronca porque hubo situaciones muy claras para romperle el arco a Ibáñez y
terminamos casi dándole un pase a sus manos. Ya está y ahora a enfocarse de
lleno a Chapecoense. Hay que ir con toda la fe y confianza para traer la
clasificación. No será fácil, pero tampoco imposible.
Vamos...
Fuente Olé
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