Independiente luchó hasta el final pero no pudo contra Tigre
y, con el 1-1 en Avellaneda, metió su tercera parda al hilo entre torneo y
Sudamericana. El miércoles está obligado a levantar cabeza en Brasil.
Por Nahuel Trasmonte
El empate entre Independiente y Tigre en Avellaneda tuvo
muchísimas aristas, pero ninguna de ellas termina de llenar al hincha. Qué el
árbitro lo perjudicó (también le dio una mano), qué mereció más, qué terminó
acorralando contra el arco a su rival, pero la realidad marca que fue la
tercera parda al hilo entre torneo y Sudamericana, y el miércoles en Brasil
está obligado a levantar cabeza para no quedar relegado muy temprano en el
semestre.
Milito armó el equipo pensando justamente en la visita a
Chapecó. De hecho fueron siete los cambios con respecto al empate contra
Quilmes. Pero Tigre salió con todo y lo sorprendió en los primeros minutos:
Luna erró una increíble pero al toque arañó otra bola que terminó adentro, tras
jugadón de Rincón. Ahí se armó el partido. El Rojo contestó con un remate en el
palo y del otro lado Morales tuvo el segundo.
Luna casi marca el primero de Tigre
Luna abrió la cuenta de Tigre
A Galmarini le perdonaron una mano
El Rojo va en busca del empate
Pero ahí también aparecieron las polémicas de una noche
negra para el árbitro Espinoza, que primero les perdonó la vida a Galmarini y
Luna y después cobró un penal que no era sobre Mesa. Cuesta se hizo cargo y
puso el 1-1. El complemento también fue de ida y vuelta, hasta el cuarto de
hora final, donde el local sí pudo inclinar la balanza y casi lo gana con un puñado
de chances claras.
Fue empate nomás. Y pensar que hace poco más de una semana,
Milito no tenía ninguno como técnico del Rojo.
Con un penal polémico, el Rojo empató el partido
El Rojo lo quiere ganar
El Rojo casi lo gana en el final
Fuente Olé
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