Pablo Hernández es la pieza que quiere Holan para darle
mayor volumen de juego al Rojo. Olé te presenta al posible refuerzo.
Por Fabián Rodriguez
Nació en Tucumán, aunque su destino estaba marcado en Chile.
Allí, del otro lado de la Cordillera, lo esperaba un cambio en su vida. Un
crecimiento. Un quiebre en su carrera. Pablo Hernández se crió en el Jardín de
la República y comenzó a jugar en Atlético. Si bien tuvo pasos por Racing de
Montevideo, Defensor Sporting, DC United, y Argentinos Juniors, el salto lo dio
en O’Higgins. Se coronó campeón, pasó a jugar en Europa y recibió la
oportunidad de adoptar la nacionalidad chilena, gracias a su ascendencia
familiar, que le permitió jugar en la Roja y ser campeón de la Copa América
Centenario en 2016 en Estados Unidos.
“Mi abuela Adriana era chilena. Se casó en Tucumán y siempre
su deseo fue traerme al país. Jugar en Chile es una manera de devolverle todo
lo que me ha dado”, aseguró en 2014 tras recibir la nacionalidad trasandina. El
volante ofensivo de 31 años, que recibió elogios de Juan Román Riquelme cuando
jugaba en el Bicho de La Paternal, es el elegido por Ariel Holan para reforzar
la generación de juego de Independiente. Y está cerca de transformarse en el
cuarto refuerzo.
Hernández tenía contrato hasta el 30 de junio de 2020 con
Celta y una cláusula de rescisión de 15.000.000 de euros. Pero él tenía
decidido regresar a Sudamérica y se lo pidió a la dirigencia gallega, que
aceptó liberarlo a cambio de 1.400.000 que abonó el Rojo y tendrá a su
disposición la mitad de una futura transferencia.
“Agradezco a los directivos por atender mi pedido de evaluar
la posible salida del club ante una buena posibilidad para mí y para mi
familia. Es una decisión netamente personal la de afrontar nuevos desafíos
deportivos. El Celta es y será mi casa”, escribió hace seis días en Twitter.
Por lo pronto, pasó la revisión médica y, según le contaron a Olé, restan
definir detalles para concretar la firma del contrato, que se extenderá hasta
2021.
El Tucu es uno de esos volantes habilidosos que no abundan
en el fútbol argentino. Desde su pierna izquierda se originan pases que
permiten progresar a sus equipos. Y con su altura (1,85), se impone en el juego
aéreo. Para el Rojo parece el jugador indicado para potenciar la gestación.
“Lo que nos gusta del Tucu es su ambición”, afirmó Juan
Carlos Unzué, ex entrenador de Celta. Una afirmación valiosa ya que este
técnico fue el que menos lo hizo jugar: sólo 18 partidos como titular en la
última temporada de la Liga. Sin embargo, Hernández es de esas personas que no
se rinden en su búsqueda, ya sea acá, en Europa o del otro lado de la
Cordillera.
Fuente Olé
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