Por Javier Brizuela
Los
jugadores también son responsables
Tarde,
después de ya muchas fechas disputadas, pero Independiente finalmente levantó
las inhibiciones. Si bien esto no terminó, porque el pago es parcial en el caso
de Gaibor, al menos Vaccari puede contar con los refuerzos y tener más
herramientas en la búsqueda de una mejora que necesitamos todos.
Más allá de
estos pagos y el acuerdo, entre el mencionado Ecuatoriano y Gastón Silva, el
club desembolsó alrededor de 15 millones de dólares entre compras, contratos y
juicios.
Esta es la
explicación más simple a la hora de buscar razones por las que el Rey de Copas
pasó del resurgimiento en el Maracaná, a la peor crisis de su historia.
Por
supuesto que los principales culpables de todo esto son los dirigentes. Los que
estaban con Moyano y firmaron compras y contratos por muchos millones de
dólares. Y también los de ahora, que incumplieron acuerdos que ellos mismos
firmaron.
Mientras
nos quieren vender una economía ordenada, la institución se deteriora
ediliciamente día a día (basta con ver el estado del Estadio y los Predios), y
futbolísticamente, con la cantidad de refuerzos falopa que trajeron, pensando
más en hacer negocios que en lo que necesitaba el Rojo.
A lo mejor,
el hecho de que coincidan muchos en ambas gestiones, como Daniel Seoane y Jorge
Damiani (a este último nadie lo votó), no es mera coincidencia.
Pero todo
esto, que es verdad, no quita la responsabilidad de los jugadores. Las cosas
como son...
Muchos
profesionales respetan el sentimiento del hincha por el club, y a pesar de todo
hacen lo posible por no herir a los socios ni a la institución.
Solo por
dar un ejemplo, Silvio Romero se pudo ir mil veces libre y no lo hizo, hasta
encontrar la manera de dejar Avellaneda mediante un pago de por medio. Y el
delantero no tenía sentido de pertenencia por formación, ni por ser hincha.
Fabricio
Bustos es un caso intermedio, porque si bien se portó mal con los socios,
forzando una salida muy inconveniente para el club, por su poder de reventa,
algo dejó. Con el agravante de que si bien no es hincha, Domínico lo formó como
profesional y persona.
Y después
están las basuras como Gastón Silva y Gonzalo Verón, solo por citar algunos de
los más recientes.
Porque una
cosa es reclamar lo que es justo y está firmado, como cualquier trabajador, y
otra cosa es robarle a los socios.
En el caso
del Uruguayo, al que ahora algunos le agradecen la "buena voluntad",
no hay duda alguna.
El zurdo
llegó a mediados del 2017 envuelto en un litigio (spoiler alert) con Pumas de
México (con quien había firmado un precontrato) y el Torino de Italia (dueño
del pase). Él mismo prometió solucionar el conflicto, de su bolsillo de ser
necesario. Obviamente lo terminó haciendo Independiente.
Además,
aprovechó leyes argentinas para declararse libre, y otras de emergencia en
Pandemia, para reclamar mucho más de lo adeudado.
Eso es de
basura, con todas las letras. Eso es lo que es alguien que se comporta así.
Buena parte de lo que cobró, que son millones de dólares, nos la robó a los
socios.
Basta de
que estas lacras salgan inmunes de estas situaciones, gracias a otras lacras,
vestidas de dirigentes.
Las cosas
como son, por el bien del club, que está por encima de todo y todos, y es
nuestro.
Fuente
Orgullo Rojo
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