Por Christian Ginko
En esta
nueva edición de Gambetas y Diablitos conocé al delantero de la Cantera Roja
que se destaca por buscar espacios y manejarse por los costados.
En cada año
que empieza, son muchos los jóvenes que llegan a Villa Domínico con el objetivo
de perseguir el sueño de ser futbolista profesional. Kevin Medina, proveniente
de Pampa Almirón en Chaco, llegó a los 15 años con el objetivo de convertirse
el delantero. En diálogo con InfiernoRojo, el jugador de categoría 2005
comenzó: “Jugaba con mi viejo, con mi tío, nunca en un club. Había un equipo
que se llamaba Independiente, nos juntábamos casi toda la familia, y se hacía
un torneo ahí en el pueblo“.
El Chaco,
como le dicen por la provincia de nacimiento, tiene tanto al papá como a la
mamá, y también un hermanito de cinco meses. Se sabe que la distancia es un
gran escollo, y al respecto contó: “Mi familia siempre está apoyándome cuando
estoy triste o cuando me pasa algo. Me mantengo en contacto por el celular, y a
veces vienen para acá o voy yo para allá. Eso me genera mucha energía de
vuelta”. Y amplió: “Tengo amigos acá en el club que me hacen olvidar que tengo
a la familia allá, para no extrañar tanto”.
Pasando al
estilo de juego, el futbolista fue tajante: “Juego de extremo o de doble nueve.
Me gusta ir por los espacios, soy más movedizo“. Y además, en referencia a lo
que le dicen los entrenadores, fue más allá: “Siempre me dicen que me juegue el
mano a mano, que encare todas, y que patee al arco”.
Desde que
llegó al día de hoy, Medina tuvo varios entrenadores. Al respecto, recordó:
“Ahora tengo de entrenador a Maximiliano Sequeira, y he tenido a Martín Di
Diego y a Claudio González. También tuve a Pedro Monzón, y de todos aprendí un
poco“.
Actualmente,
el jugador viene de recuperarse de una lesión, pero sus números son
prometedores. Tal es así que expresó: “Jugué dos partidos de titular e hice
tres goles, y tengo cuatro. Estoy volviendo de una lesión, porque contra River
en la última fecha del año pasado me rompí el peroné”. Y sobre su paso por la
Reserva, añadió: “En la Reserva venía bien, y me bajaron por la lesión nomás”.
Al
finalizar, en diálogo con InfiernoRojo, el Chaco se sinceró: “Extraño a toda la
gente de allá, porque es un pueblo chico y nos conocemos todos”. Y, para
cerrar, abrió su corazón con el club: “Independiente es como mi casa ya. Me
sentí muy bien cuando llegué el primer día, me trataron muy bien todos“.
Fuente
Infierno Rojo
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